Los servicios de Adicciones

Fabio Fortuna, jefe del Servicio de Adicciones del Hospital Castro Rendón y representante por Neuquén ante la red federal Cofredo del Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico), dijo que se incrementó el consumo de drogas en los adolescentes de Neuquén capital, y que la mayor parte de las consultas del interior vienen de San Martín de los Andes y Villa La Angostura.

«Hay gente distribuida en los barrios de la ciudad que se encarga de buscar recetas duplicadas en las farmacias o conseguir sellos falsificados de los médicos para comprar pastillas», reveló Fortuna y completó: «les venden tres o cuatro y las mezclan, pueden ser sedantes o cualquier comprimido que, quizás, ni sirva para drogarse». Las de síntesis o de diseño son patrimonio de un sector de altos ingresos y acceden jóvenes de 19 a 25 años.

El médico contó que algunos chicos, atendidos en el servicio, afirmaron haber probado «paco». «Pueden haber ingresado algunas dosis, pero en realidad lo que han fumado es un estirado de cocaína con pastillas, y no el 'paco' que es el residuo que queda cuando se saca el clorhidrato de cocaína», explicó Fortuna, aunque no descarta que llegue en un corto plazo.

Susana Vega, coordinadora del Servicio de Prevención y Atención de Adicciones de la Universidad Nacional del Comahue, destacó que el alcohol, el tabaco, los psicofármacos y el juego son las adicciones más importantes en el ámbito universitario.

«El medicamento más comprado por la obra social es el Ribotril», afirmó. «La población está más castigada por las llamadas drogas legales que por las ilegales».

Milton Hidalgo del Programa Aser, Asistencia en Adicciones, aseguró que los pibes de las tomas no llegan a los puntos de encuentro los fines de semana, «pelean, se tiran en el aguantadero, se dan con pegamento, toman vino patero, comen chorizos, entre peleas y corridas con la policía y los vecinos». «Cócteles que incluyen solventes y pastillas», agregó Vega.