Los sonidos del jazz tienen «Perspectiva» en el piano de Ernesto Jodos
BUENOS AIRES (Télam).- El pianista de jazz Ernesto Jodos presentó recientemente en el teatro Presidente Alvear el séptimo disco de su carrera solista, «Perspectiva», grabado para el sello S'Jazz, dirigido por Adrián Iaies.
Con 32 años y considerado unánimemente como el más personal y creativo de los músicos del jazz argentino, Jodos presentará el disco con las formaciones con las que lo grabó: el trío que integra junto a Hernán Merlo (contrabajo) y Sergio Verdinelli; y el que conforma con Jerónimo Carmona (contrabajo) y Carlos Brandán (batería).
A propósito de la grabación del disco, Jodos entabló una charla con Télam.
-¿Por qué grabar y sostener dos proyectos de tríos con la misma instrumentación?
-El trío con Verdinelli y Merlo tiene más que ver con una manera de tocar antes que con el material en sí, con la interacción que se produce en el momento; mientras que el trío con Brandán y Carmona se relaciona más con la experimentación, con la posibilidad de revertir la función de los instrumentos, con la utilización de formas y métricas que tienen que ver otras sonoridades.
-¿Y qué pasa con el pianista en cada uno de los proyectos?
-La idea de mantener estos proyectos en paralelo se fundamenta también en el hecho de que el jazz es una música que cambia mucho según con quien se la toca y con que es muy enriquecedor probar una visión propia de la música con distintas personas. Además es como una prueba de ver si puedo mantener cierta personalidad a pesar de estar con músicos que al ser distintos reaccionan de manera diferente a las propuestas.
-¿Cómo funciona el criterio de improvisación?
-Más allá de la improvisación de notas, que se da cada vez que tocás una pieza así sea la misma, lo interesante del disco es que cada tema propone distintos caminos exploratorios. Yo creo que lo más fresco que podemos dar es que algo sea distinto de lo que habíamos pactado y esa es una de las cosas que tiene el jazz: la posibilidad de cambiar en el momento, que no significa tocar sin un plan sino tocar con un plan que puede ser modificado para que aparezca algo nuevo, en todo caso impensado.
-Una de las características tuyas y de toda la nueva generación del jazz argentino es apostar al riesgo compositivo propio y salir de la reedición de standards.
-Sí, la actitud de componer, casi desde un comienzo, yo creo que es una actitud rockera y que está emparentada con una cuestión generacional, porque nosotros fuimos tocados generacionalmente por el rock. A ningún músico de rock se le ocurriría formar un grupo para tocar temas de otros, entonces la idea es que si me voy a juntar a ensayar y a crear un proyecto musical más vale que por lo menos tenga una buena parte de música original.
-¿Acaso este riesgo compositivo sea lo que le está faltando al tango de la nueva generación?
-El tango me parece que está pasando por algo parecido de lo que le pasó al jazz en los Estados Unidos en la década del 80, cuando apareció Wynton Marsalis y surgió una generación que decidió parar la pelota y volver atrás en la música del pasado porque se había perdido todo contacto con la raíz original.
-¿Y esto funcionó?
-Sí, porque más allá de si uno acuerda o no con ese proyecto, a nivel jazzístico eso fue productivo porque la generación siguiente a esa fue una generación que tuvo un muy buen conocimiento de lo que había sucedido en el pasado y que a partir de ahí pudo hacer cosas nuevas, y quizás en el tango puede estar pasando algo parecido, una generación que ahora redescubre y recrea una cuestión con el pasado que realmente estaba bastante perdida y quizás la próxima generación se lance a hacer cosas nuevas a partir de un contacto con la raíz.
-Al grabar un disco con las mismos códigos como se toca en vivo (simultaneidad, improvisación), ¿qué sentido tiene la grabación?
-Para mí grabar es, en un punto, una documentación de toda una cantidad de música y a mí me permite dejar de tocarla y avanzar hacia otros lados, es como un cierre.
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