Los talibanes no ceden en la destrucción de estatuas

Fue la respuesta que le dieron al enviado de la ONU."No se revoca un asunto religioso", le dijeron.

AFGANISTAN.- No hay ninguna posibilidad de que el régimen radical islámico de los talibán, que gobierna Afganistán, se eche atrás en su decisión de destruir todas las estatuas antiguas del país.

El ministro de Asuntos Exteriores talibán, Wakil Ahmad Mutawakil, dijo al enviado del Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Pierre Lafrance, en una reunión celebrada en la sede de la cúpula talibán, Kandahar, que es un asunto religioso y que «revocarlo (está) más allá de la capacidad de cualquier persona».

Lafrance fue enviado a Afganistán con carácter urgente para intentar impedir que los talibán destruyeran las imágenes de Buda más altas del mundo, situadas en la provincia afgana de Bamiyan desde el siglo VI. Su regreso se espera para hoy.

Mutawakil prometió transmitir el «mensaje» de Lafrance a Mullah Mohammad Omar, el líder supremo de los talibán, pero señaló que no veía ninguna posibilidad de que la petición fuera satisfecha.

Antes de que el enviado de la UNESCO llegara a Kandahar, el ministro de Exteriores afgano explicó, que diría a Lafrance que la decisión de destruir todas las estatuas de Afganistán no fue adoptada «para molestar o complacer a nadie», sino para obedecer al Islam.

Poco antes de la llegada del emisario de la UNESCO, Mutawakil rechazó una oferta de Irán de comprar o simplemente acoger las históricas estatuas de Buda. Mutawakil aseguró que ambas opciones son contrarias a las enseñanzas del Islam.

«Aceptamos que es nuestro deber proteger el legado arqueológico, pero el Islam es contrario a las estatuas. De ahí la orden de destruirlas», afirmó el canciller talibán.

«La cuestión de trasladarlas se habría dado si no tuviéramos museos. En cuanto a comprarlas, el Islam enseña que un musulmán no debería desear para otro musulmán algo que no desea para sí mismo -y ambos países son musulmanes», agregó.

Mientras tanto, hay confusión sobre la extensión de los daños causados hasta el momento por los talibanes en la herencia budista, sobre todo en las monumentales estatuas de Bimayan.

Esos Budas, los mayores del mundo, tienen una altura de 34,5 y 50 metros y datan del siglo segundo después de Cristo, antes de la llegada del Islam, cuando Afganistán era un centro de aprendizaje budista.

El embajador de los talibán, Mulla Abdul Salam Zaeef, dijo que no se han registrado aún daños significativos. (EFE/DPA)

Recrudece la ofensiva bélica

TAYIQUISTAN.- La campaña para destruir las estatuas budistas en Afganistán no impidió ayer los talibanes lanzar una fuerte ofensiva en la frontera tayika, donde se baten en sus últimas posiciones los hombres del legendario Ahmed Shah Masud.

Pero, aunque diezmados y con apenas recursos, los guerrilleros del líder militar opositor mostraron mayor resistencia ante los cañonazos talibanes que las estatuas y reliquias budistas que los integristas se empeñan ahora en destruir.

Masud no dudó en criticar a quienes sólo ahora, con los monumentos preislámicos amenazados, se acuerdan de la guerra en Afganistán y del imparable avance integrista, al que sólo se opone la resistencia de la Alianza del Norte.

Masud, antiguo azote de los rusos y ahora aliado de conveniencia, se manifiesta enojado por la insostenible situación de más de 10.000 refugiados que se agolpan en las orillas del río Piandzh, frontera natural con Tayikistán. Desde las posiciones rusas, que guardan la frontera sur de la Comunidad de Estados Independientes, informaron ayer del recrudecimiento de los combates entre las tropas talibán y los guerrilleros de Masud.


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