Los taxistas cipoleños cortaron la ruta en reclamo de seguridad

La manifestación duró cerca de dos horas. Buscan medidas en conjunto con jefes policiales.

CIPOLLETTI- Hartos, cansados de ser víctimas de robos, de la inseguridad y de no encontrar respuestas en las autoridades, los propietarios y choferes de taxis de Cipolletti decidieron cortar las rutas en la rotonda de la 22 y 151. Conseguido el objetivo de ser escuchados por las autoridades policiales, luego de unas dos horas, decidieron levantar la medida aunque abrieron caminos de negociación.

La noche vino movida para los taxistas, un par de intentos de asalto y uno finalmente concretado con golpes al conductor con rotura del parabrisa (ver aparte), fueron el detonante para que, luego de mantener algunas reuniones, los trabajadores salgan a la calle pero esta vez para hacerse sentir.

Recorrieron por casi una hora la ciudad, pasando por las bases de cada una de las empresa e invitándolos a sumarse a la protesta.

Cerca de las ocho de la mañana eran unos cuarenta vehículos los que iniciaron el circuito, pero una hora más tarde el número ya se había duplicado. A medida que se sumaban los taxis, la indignación crecía porque cada uno tenía algo para aportar sobre la inseguridad.

La protesta fue creciendo hasta que alguien propuso cortar la ruta. «Será la única manera que alguien nos escuche. Sabemos que no es legal pero de otra forma no nos prestarán atención».

La moción tuvo aceptación inmediata. Poco después de las nueve todos estaban en la rotonda de las rutas nacionales 22 y 151. Minutos antes de las diez, el tránsito entre Cipolletti y Neuquén fue interrumpido.

La medida recibió adhesiones de otros taxistas que llegaron para sumarse a la protesta. A esta hora el principal Wálter Pereyra, a cargo de la policía de tránsito instalada a pocos metros de allí, ya dialogaba con quienes encabezaban la protesta.

Como respuesta recibía el pedido de la presencia del juez federal y de las autoridades de la policía provincial para conversar por el tema de la seguridad.

A todo esto, se repitieron las ya conocidas escenas de nerviosismo entre quienes cortan la ruta y quienes reclaman su derecho a circular libremente. El creciente malestar y la tarea de persuación policial motivó que los taxistas decidiesen cortar a espacios de cinco minutos y luego liberar una mano de cada lado.

Consiguen el objetivo

Poco antes del mediodía llegó hasta el lugar el segundo jefe de la Regional Segunda, comisario inspector Roberto Elizondo, quien propuso una reunión en la comisaría cuarta con la presencia de todos los titulares de las unidades. A esta altura, se había sumado al grupo el jefe de esa dependencia, comisario Oscar Colmenares.

Luego de algunas deliberaciones, los propietarios y choferes decidieron aceptar la propuesta. Desde poco después de mediodía mantuvieron una reunión que se prolongó por algo más de dos horas en donde se plantearon todos los temas de seguridad.

Mientras se desarrollaba este encuentro, llegaron al lugar el conjuez federal Adolfo Nielsen y la secretaria del juzgado Carolina Pandolfi, quienes permanecieron allí por poco más de una hora. A la salida dijeron que «las actuaciones seguirán su curso». (Ver aparte).

En tanto, por un lado los taxistas reclamaban mayor protección y control, mientras que por el otro, la policía planteaba la necesidad de respuestas a una serie de propuestas realizadas hace algún tiempo.

Tanto los promotores de la protesta como las autoridades salieron conformes aunque coincidieron en que la cosa no terminará aquí. Se programó un nuevo encuentro para el viernes con la presencia de los participantes de la reunión de ayer.

Buscan elaborar un plan en conjunto para poner fin a los asaltos

Propietarios, taxistas y policías trabajarán en conjunto para elaborar un plan que tienda a darles mayor protección y seguridad a los choferes. Por su parte, el titular de la Regional Segunda de Policía, Roberto Elizondo dijo que «Cipolletti no es una de las ciudades complejas porque los hechos que ocurrieron con taxistas no son violentos».

Elizondo calificó como «positiva» a la reunión y coincidió en la elaboración de propuestas «que tiendan a mejorar la seguridad. Vamos a intensificar el trabajo nuestro con los medios que tenemos, pero todo pasa por una tarea coordinada de colaboración mutua habida cuenta que no es fácil porque en Cipolletti funcionan trescientos taxis».

En tanto, los integrantes de la Asociación de Propietarios de Taxis y Choferes, sostuvieron que «puntualmente lo que pedimos es un mayor control policial. De hecho, nos prometieron que en los barrios de mayor peligro esto se implementará en forma inmediata». Agregaron que «los delincuentes son siempre los mismos y están identificados. Lo que pasa es que existe un tema de legislación que escapa a la policía. Tenemos que llegar a nuestros legisladores para que de una vez por todas reformulen las leyes vigentes porque en muchos casos no cubren las necesidades de la población».

Remarcaron que «el único control que tenemos por el momento es el que se hace en caminera en donde se verifica la identidad de nuestros pasajeros, queremos que esto se intensifique».

«Otra de las ideas es trabajar en conjunto entre las bases, los choferes y la policía. Al menor problema, todos tenemos que estar en el lugar. La idea es organizar un plan para que todo funcione aceitadamente», apuntaron.

Indicaron que «vamos a pedir a la Dirección de Transporte un control de todas los equipos de comunicación. Solicitaremos que controlen facturas, recibos de compra y todo lo necesario para evitar los robos y para parar el mercado negro y las ventas truchas».

«Sin respuesta de la policía»

«Viajé durante 45 minutos con los tres sospechosos, y a pesar que desde la base habían alertado a la policía, no tuve ninguna respuesta», relató el taxista asaltado a las poco antes de las cinco de ayer.

Daniel Blois, de 33 años, fue golpeado por tres menores que además le rompieron el parabrisas, le robaron la recaudación de entre unos 60 y 70 pesos, y aunque la policía estaba alertada, no encontró respuesta.

El conductor narró que «los tres jóvenes tomaron el taxi frente a la central ubicada en calle Menguelle (taxis Casino). Me hicieron dirigir a la Isla Jordán. Paramos en uno de los boliches que hay allí y uno de ellos se bajó. Permaneció algún tiempo en el lugar mientras los dos restantes esperaban arriba del auto».

Blois prosiguió contando que «desde allí fuimos por circunvalación hasta Irigoyen para detenernos en una casa donde bajó otro de los ocupantes y se demoró varios minutos. Cuando subió me indicaron que vaya hasta avenida Alem y Brentana. Siempre bajaba solamente uno de los tres. A esta altura ya sospechaba que algo me podría ocurrir».

«Por último, me pidieron que los trasladase hasta las 70 viviendas. Una vez allí me agarraron del cuello desde atrás y me pidieron la recaudación. Uno de ellos sacó la radio y el estéreo. Me golpearon y antes de huir arrojaron una piedra rompiéndome el parabrisa», sostuvo Blois.


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