«Los violentos no se van de la Policía»

NEUQUEN (AN).- «Los violentos de la policía nunca se van de la Policía, se mandan una cagada acá y lo mandan allá, al otro barrio, se pasan de rosca en Neuquén y de castigo aparece en Zapala donde la vuelven a hacer», afirmó ayer Héctor Ramírez, el padre de Pablo Ramírez, el joven neuquino que en 1993 inauguró una oscura saga de víctimas de la brutalidad policial.

A Ramírez lo mataron de un balazo de goma en el pecho. El asesino fue el cabo de policía Abraham Epulef, que fue condenado a cuatro año de prisión en suspenso y tras una primera sanción fue mudado de comisaría en comisaría sin dejar la fuerza.

«Lo que se puede hacer y que lo hemos pedido es reclamar que las investigaciones de Asuntos Internos de la Policía se abran de una vez por todas, que la sociedad acceda a esa información y que se sepa qué policía es un corrupto o un violador o un asesino», sostuvo Ramírez.

«Todos se acuerdan del caso de Teresa Rodríguez, pero hay muchos casos que involucran a la Policía de Neuquén, el caso (Alberto) Puelpan, el caso (José) Alveal y dónde está la Justicia, qué condena tuvo esta gente», sostuvo Ramírez. El hombre que tuvo que llorar la muerte de su hijo de 19 años es un activo defensor de los derechos humanos.


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