Los zulúes tratarán de atraer turistas durante el Mundial sudafricano

Hoy en día, los zulúes constituyen el primer grupo étnico del país, con 24% de la población. Mantienen numerosas tradiciones ancestrales en zonas rurales e invitan a los turistas a compartirlas.

TURISMO

Los zulúes esperan atraer a los turistas durante el Mundial sudafricano hasta las verdes colinas de su provincia, situada a proximidad de Durban, para presentarles su historia y sus tradiciones.

La provincia subtropical de KwaZulu-Natal es el destino preferido de los sudafricanos para sus vacaciones, pero tiene dificultades para atraer a los turistas extranjeros que prefieren la península donde se encuentra Ciudad del Cabo.

Los operadores turísticos apuestan por los partidos disputados en la vecina Durban, entre ellos una de las dos semifinales, para hacer descubrir a los hinchas la riqueza de las tradiciones zulúes.

Las temperaturas suaves del invierno austral a orillas del Océano Índico contrastan con el frío de las mesetas donde se encuentra Johannesburgo y podrían contribuir a atraer a los curiosos.

“El turismo cultural registra una progresión constante desde hace ocho años”, explicó William Adams, guía de la compañía Springboks Atlas Tour. “Esperamos que la Copa del Mundo nos abra nuevos mercados y atraiga nuevos clientes”, añadió.

En el lugar de la batalla de Isandlwana (1879), donde se produjo una de las peores derrotas del ejército colonial británico, una reconstitución recuerda la humillación sufrida por el imperio con guerreros zulúes armados con lanzas atacando militares ingleses vestidos de rojo.

En el siglo XIX, el rey Shaka conquistó diferentes pueblos situados en el este y el sur de la actual Sudáfrica y creó la nación zulú hasta constituir una potencia militar que sólo podía entrar en guerra con los británicos.

La superioridad y el armamento de los colonos acabó con la resistencia de los guerreros locales.

Hoy en día, los zulúes constituyen el primer grupo étnico del país, con 24% de la población. Mantienen numerosas tradiciones ancestrales en zonas rurales e invitan a los turistas a compartirlas.

Por ejemplo, pueden familiarizarse con la lucha con palos, un arte que domina el presidente Jacob Zuma, así como probar la cerveza artesanal hecha a partir de sorgo, o callos (mondogo) de toros.

“Nuestra principal ventaja es poder ofrecer algo inhabitual”, explicó Leo Kroone, dueño de una serie de chozas tradicionales a proximidad del pueblo de Phezulu.

En Phezulu, también conocido como el valle de las mil colinas, los “rondavels”, viviendas de tierra seca, esconden prestaciones modernas, empezando por pantallas gigantes que permitirán seguir los partidos del Mundial.

En los pueblos alejados, la realidad es diferente, ya que no disponen ni de agua ni de electricidad. Y los bailes para turistas son raramente auténticos.

“Algunos lugares comerciales no tienen la más mínima intención de defender la cultura”, admitió Sihawu Ngubane, profesora de lengua y cultura zulúes en la universidad de KwaZulu-Natal. “Es sólo explotación”, lamentó.

Otros critican las tradiciones seculares. La poligamia del presidente Zuma, por ejemplo, molesta a gran parte de la juventud urbana.

Por Sibongile Khumalo AFP


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