«…lucha por el pequeño Lautaro»

«Es terrible».

Las primeras palabras de David Nalbandian fueron elocuentes del momento que estaba viviendo, aún muy conmovido por el accidente de su ahijado y sobrino segundo, quien murió el martes tras ser aplastado por un ascensor, en Córdoba.

«Una noticia así es muy difícil, no sólo para el partido, sino para el momento general de lo que estés haciendo», dijo el número siete del mundo y defensor del título en Shanghai.

«En el partido, desde afuera no se nota, pero desde adentro tenés muchos vaivenes, pensás demasiadas cosas». Al terminar el encuentro Nalbandian lanzó su muñequera hacia el mismo sector de las gradas donde tres seguidoras chinas habían colocado un cartel que decía en inglés 'David, lucha por el pequeño Lautaro', y que el tenista en un momento del partido hizo retirar. «El cartel estaba con la mejor intención, obviamente, para darme fuerza, para apoyar, para estar ahí, por eso se lo agradecí de esa manera a la gente y le tiré la muñequera», explicó.

«Hablé con la gente con la que tenía que hablar y creí que volver no era realmente necesario, por cuestión de tiempo, porque no llegaba para hacer nada», agregó el argentino