Lucio Herrera, un ganador en tierra chamaca

Mucha "chamba" (laburo) le costó al actor, director y académico oriundo de Neuquén, pero al fin es reconocido en el ámbito teatral del Distrito Federal.

NEUQUEN (AN).- Historias cotidianas. Adolescentes que alguna vez como un divertimento concurrieron a un taller artístico y supieron que ya no podrían vivir sin esa pasión. Lucio Herrera, actor, director y académico universitario, nació en Neuquén y hoy se ha ganado un lugar destacado en el Distrito Federal, en tierra de los «chamacos»

«Si bien con los mexicanos se me abrieron las puertas de escuelas muy importantes, nadie me regaló nada. Tuve que dar varias clases magistrales ante autoridades y maestros y luego de tres años conseguí mis espacios».

–Neuquén, democracia. Sos un pibe y jugás al actor…

–En1984 me anoté en «La expresión y los jóvenes», ciclo de talleres de arte de la municipalidad, entre los que se encontraba el de teatro. De allí, pasé a la formación del grupo Claroscuro, coordinado por Darío Altomaro. Fue definitorio para mi elección profesional.

–Te crecieron alas. Rumbeaste a Buenos Aires

–Para estudiar y egresar de la Escuela Nacional de Arte Dramático, como actor nacional. En paralelo, voy a la Escuela de Teatro (ETBA), que dirige Raúl Serrano, la cual será mi más fuerte influencia en cuanto a técnica actoral.

–¿Cómo sobreviviste a un 1995 bastante crítico?

–La crisis instaló un sálvese quien pueda, que impidió armar un grupo de trabajo desde el cual resistir. Igual fundamos un teatro «El galpón del Abasto», que aún existe.

–¿Con quiénes se arma?

–Fue un grupo de actores de la escuela de Serrano, junto a un discípulo de éste, Fernando Orecchio. La experiencia resultó muy enriquecedora. Fuimos una de las sedes del Primer Festival Internacional de Teatro.

–Tras escarceos en la dirección teatral; giras de cinco años por festivales, lográs graduarte en Pedagogía Teatral que te habilitó para la formación universitaria de actores. Y te vas de paseo a México ¿Sin regreso?

–El 2001 me empuja a quedarme, probar suerte y conectarme con el mundo artístico de un país tan rico culturalmente. Consigo insertarme como maestro y se muestran interesados en mi experiencia importantes institucione públicas y privadas.

–Te fascina la enseñanza ¿dónde das clases?

–Estoy vinculado a la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, como titular de cátedra.Y a una importante escuela privada que creó una productora de cine y tevé, llamada «Argos-casa azul». En ésta y diversos centros culturales del Distrito Federal, he dictado cursos de formación y perfeccionamiento actoral.

–¿Y como actor?

–También. En «Marionetas de la esquina» que dirige el compatriota Lucio Espíndola. Recorrí el DF con «El teatro a la escuela». Monté un espectáculo para niños.

–¿Estás ensayando con reconocidas figuras de México?

–En un espectáculo que se estrena en agosto, en la Universidad Nacional de México, con la dramaturga argentina Beatriz Martínez Osorio, quien lleva 40 años allí y actores muy reconocidos en el medio artístico. Lo dirige Claudia Ríos, dramaturga y directora joven, premiada y reconocida en ese país.

–Te encanta dirigir. ¿Qué te ocupa en estos días?

–Tras dirigir una obra de Darío Fo, estoy estrenando un entremés cervantino en el Centro Cultural del Bosque, importante centro cultural mexicano.

–¿Qué pasa con tu alma?

–Todos los días te preguntas: ¿cuándo podré volver? y todos los días te insertas más y te «enchilas», como dicen los mexicanos a los que se ahogan con el ají, que aquí se le pone hasta a los chupetines.

–¿Cómo andás?

–Soñando, siempre soñando con volver a la Patagonia y poder hacer teatro. Pero a la vez mirando a Canadá, Francia, España… pues desde acá es mas fácil dar el salto .

–¿Conforme? ¿En paz?

–Sí. Aprendo, crezco. Vivo de lo mío como artista, como no pude hacerlo en mi país. Sé que no será imposible volver alguna vez.

Hay que soñar y sudar, para que se haga realidad: como este sueño mexicano.

–¿Un deseo para ese hipotético regreso?

–Compartir trabajos con los talentos patagónicos de amigos como Hugo Aristimuño, Luisa Calcumil, Jorge Onofri, Fer Aragón, Eva Benack…

Ya llegará el momento.


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