Luis Aute en el Ruca Che

NEUQUEN (AN).-No es fácil sintetizar la vida y producción artística de Luis Eduardo Aute, este multifacético filipino que se hizo luego español a temprana edad. Su afincamiento en la península resultó de poderosa raigambre, a un punto tal que junto a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina forman la trilogía de los varones de la música hispánica con mayor reconocimiento en el mundo.

Y felizmente los tres fueron escuchados en Neuquén en sus mejores temas. Cuando aún se recuerda el exitoso paso de Nano en febrero, por el Ruca Che, nuevamente ese estadio se abrirá ahora para reeditar un multitudinario concierto, el de Luis Eduardo Aute, confirmado por el productor local Pablo Celoria, para el 17 de junio.

Varias vidas en una sola

Posiblemente no podrá decir Luis Aute, aquello de «préstame una vida más porque con la que tengo no me alcanza» o aquello otro de que se olvidó de vivir.

¿Cómo se hace para ser tantas pasiones a la vez?

Compositor, cantante, poeta, pintor, director de cine, escultor. Los críticos aseguran: «Pocas artes les son ajenas y ninguna toca Aute de manera anecdótica».

Se inició en el mundo de la canción en 1967, con dos composiciones muy populares: Aleluya y Rosas en el mar. Poco después se apartó -sólo por un tiempo- del camino musical para dedicarse de lleno al de la pintura.

Tiene editados -entre los más populares- tres libros de poemas: «La matemática del espejo», «La liturgia del desorden» y «Animal».

También ha compuesto música para películas y series de televisión. Aficionado al cine se acerca al mundo del corto y mediometraje como realizador, habiendo sido seleccionadas algunas de sus películas para festivales de cine.

Aute llegará nuevamente a Neuquén, además de un raconto sobre su extensa producción con «Auterretratos», el disco con el que el cantautor ibérico celebró sus 40 años de canciones de amor, de vida y de muerte. Se trata de un compacto doble, que reúne una selección de 32 temas pertenecientes a distintos momentos de su extensa carrera.

Para Aute que se ha permitido la licencia de pulir algunos versos, esas letras han soportado bien el paso del tiempo porque «mis motivos son atemporales: el gran protagonista es el ser humano y éste es el mismo, aunque cambien los trajes. Son años «escribiendo canciones, diseccionando la vida, retratando el alma».