Máquinas expendedoras sin control bromatológico

En Viedma propician una ordenanza para realizar inspecciones y fijar un canon mensual por derecho de uso que sería de 50 a 100 pesos. El servicio está casi monopolizado por la empresa Rocafé, que invadió la administración pública.

VIEDMA (AV).- No existen controles bromatológicos en las máquinas expendedoras de bebidas en los organismos oficiales. Un proyecto municipal establece esas inspecciones en la órbita comunal y gravar a cada máquina con 50 a 100 pesos mensuales.

El servicio en Viedma está concentrado por la empresa Rocafé, que tendría cerca de 40 máquinas, en su mayoría, en los organismos públicos.

El Estado de Río Negro reemplazó su servicio de cafetería por expendedoras y acordó con Rocafé un monto mensual por esa atención a los estatales. Ahora, se detectó que la empresa privada no tributa tasas municipales y, además, que no existe ningún control de las bebidas que expenden.

El gerente de la empresa Rocafé, Carlos Peti aseguró a «Río Negro» que tenían controles bromatológicos pero no pudo precisar cuál era el organismo que lo inspeccionaba. En cambio, el área provincial de inspección negó que esa cartera evalúe el servicio de la empresa.

El proyecto -que presentó el justicialista Miguel Knecht- está destinado a la totalidad de las expendedoras pero la mayoría de los servicios corresponden a Rocafé, salvo algunas máquinas de gaseosas en estaciones de servicios. En un principio, se efectuará «un relevamiento de la totalidad de las máquinas expendedoras de bebidas frías, calientes y gaseosas». Esa inscripción será obligatoria y deberá abonar en forma mensual el derecho de uso.

Por otra parte, la norma propuesta establece que el municipio «realice una inspección mensual -como mínimo- a las máquinas para controlar su funcionamiento y el adecuado mantenimiento de las condiciones organolépticas de los alimentos sólidos y líquidos que las mismas contienen destinado al procesamiento y elaboración de los diferentes servicios».

Por su parte, la tasa de derecho de uso se fija en 50 pesos en las máquinas expendedoras de bebidas frías, 75 pesos en aquellas de «bebidas calientes con menos de cuatro servicios» y 100 pesos por cada una de «bebidas calientes con más de cuatro servicios».

Según el argumento de Knecht, «Viedma se ha visto invadida por la presencia de máquinas expendedoras, que están «distribuidas en organismos estatales y privados» y «prestan un importante servicio». Pero, «a la prestación brindada por las máquinas citadas, sus propietarios -que usufructuan una importante ganancia integra y genuina- no abonan una tasa municipal, canon específico o derecho alguno por dicho uso, teniendo en cuenta que el acto del ejercicio del comercio se concreta en jurisdicción de este municipio. Esas empresas -agregó- no se encuentran debidamente habilitadas, ni registradas como prestadores de servicios».

Entre otras fundamentaciones, Knecht defendió la autonomía de cada organismo público o privado para contratar la prestación de servicios pero ratificó que «el municipio no puede ser excluído del cobro de un derecho o canon municipal, en concordancia con la importante ganancia obtenida por su prestación». Además, reivindicó la necesidad del control bromatológico del servicio por parte del municipio.

«Hay que regularizar esta anómala situación y establecer un canon por venta de empresas foráneas que compiten en forma desleal con comercios ya establecidos y firmemente consolidados» en Viedma.

La empresa desconoce el proyecto

La empresa Rocafé desconoció ayer el proyecto que grava la instalación de máquinas expendedoras y aseguró que tienen controles bromatológicos, según comentó a «Río Negro» el gerente Carlos Peti.

En diálogo telefónico, el representante habló del mantenimiento del servicio pero aseguró que además tenían inspecciones pero no pudo precisar qué organismo oficial realiza esos controles.

Desde la provincia se señaló que esa tarea es resorte de la administración municipal. El proyecto presentado por el concejal Knecht confirma que tampoco existen controles por parte de la comuna local.

Peti tampoco aclaró la cantidad de máquinas instaladas en Viedma, aunque se comprometió a dar el dato por la tarde, pero después no fue posible ubicarlo.

Desde hace dos años esta empresa consolidó su presencia en la capital provincial, a partir de la colocación de máquinas en los organismos públicos, los cuales, abonan un monto fijo mensual por los servicios que se asignan a los empleados estatales.

Además, Rocafé tiene máquinas «lateras» en otros lugares públicos, como la Terminal de Omnibus, centros asistenciales y entidades intermedias. (AV)


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