Marche otro chop

La ciudad atrae con sus bellezas naturales, su rica historia, sus museos... y su variedad de cervezas

Valdivia

¿Por qué será que quienes fugazmente la conocieron no pueden olvidarla y suspiran nostalgiosos al evocar su nombre? Valdivia retorna a la memoria envuelta en el aire húmedo del Pacífico y el verde de su vegetación impregnando las pupilas y el olfato.

Valdivia es una ciudad con vida propia pero también muy turística y cada verano recibe a miles de visitantes, chilenos y extranjeros, atraídos tanto por sus bellezas naturales como por los testimonios de una historia plagada de hechos sorprendentes y trágicos como el terremoto de 1960, que quedó registrado como el más poderoso de la historia de la humanidad.

El conglomerado urbano propiamente dicho se ubica junto a la desembocadura del río Valdivia y del puerto de Corral, sobre el océano Pacífico. Se localiza próxima a la confluencia de los ríos Calle Calle y Cruces. Tiene actualmente alrededor de 150.00 habitantes y su economía se basa en la ganadería, el consecuente procesamiento de alimentos, la metalurgia, la madera, los molinos y la fabricación de papel, artículos de madera y piel. Asimismo, una manufactura que se entrelaza fuertemente con lo turístico es la producción de cerveza artesanal que ha cobrado en los últimos años un auge impresionante y llevado a Valdivia a ser considerada la capital de ese rubro a nivel nacional.

Y es que en la década de 1850 se asentó en la ciudad un importante contingente de inmigrantes alemanes, lo que hace de Valdivia un particular centro turístico, donde aún se conservan vivas las tradiciones de los colonos y eso se nota en las edificaciones y en la gastronomía.

Hay numerosas excursiones lacustres, que parten desde el muelle Schuster y las motonaves de turismo realizan variados paseos fluviales por el área. Un lugar obligado de visita es el Mercado Fluvial, el principal de la ciudad, donde se pueden encontrar productos del mar. Se puede acceder por la calle lateral de la municipalidad, bajando por la plaza, donde están las lanchas con frutos del mar y botes que bajan de los ríos con mercadería para ofrecer.

Otra opción es ir al Mercado Municipal de Valdivia. Aquí se encuentran diversos restaurantes que ofrecen comida tradicional, en la cual destacan el pescado y mariscos de la zona. En el lugar también se puede apreciar artesanía y, durante el verano, una feria del libro.

Valdivia también tiene varios museos, destacándose el histórico y antropológico Maurice van de Maele, un notable exponente de la arquitectura doméstica alemana del siglo XIX; el museo de Arte Contemporáneo de Valdivia, en la Isla Teja, en el sector de las ruinas de la cervecería Anwandter, a un costado del puente Pedro de Valdivia; y el Museo del Bosque y la Madera, al final de la avenida Los Lingües.

En materia de alojamiento hay numerosas opciones, de todas las categorías y precios. La mayoría acepta tarjetas de crédito y débito, por lo que se puede pagar la mayoría de los servicios al cambio oficial.


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