La “niña santa”: María Alché llega al Festival de Cine de Cipolletti y al IUPA

La actriz estará en Cipolletti para participar del XXXII Concurso Nacional de Cine Independiente y dar en el IUPA un seminario para dirección de actores. Antes, se encontró con “Río Negro”.

Una doble función le espera en el Alto Valle a la talentosa actriz María Alché: desde mañana y hasta el sábado dará un Seminario de Dirección de Actores en Cine en el IUPA de Roca, una actividad organizada en conjunto con XXXII Concurso Nacional de Cine y Video Independiente / Cipolletti 2016, que comenzará mañana y del cual será miembro del jurado.

Nacida en Buenos Aires, en 1983, pasó su infancia en La Boca, participando en grupos como el de Teatro Catalinas Sur. Estudió cine, fotografía y ahora filosofía. Sus cortometrajes y fotos participaron en prestigiosos festivales internacionales y muestras. Actualmente pre-produce su primer largometraje de ficción, “La familia sumergida”. Fue la protagonista de “La niña santa” (2004), de Lucrecia Martel

“No puedo parar…” define María el modo en que se mueve siempre. Igual éste, es un momento en el que todo está entubado en la película. Es lo único que hago por estos días. Sigo en plena pre-producción, vamos a filmar en enero. Hay que terminar de definir actores, es con muchos personajes importantes. Siento que es un tiempo donde cada decisión debe estar tomada con mucha precisión. Vemos locaciones también… Es la primera vez que me enfrento a algo tan grande y con tantas responsabilidades juntas. Y eso me da alegría, pero además me propone un desafío enorme conmigo misma, de enfrentar muchas cosas nuevas…

P- ¿A los…?

R- Treinta y tres años… La edad de Cristo (sonríe).

P- Organizar y manejar un equipo, escribir el guión, tomar las decisiones que citabas, imaginar cada toma, reunir los dineros para producirla, presentar el proyecto en festivales que te lo aporten…

R- Estoy hace tres años en toda esa tarea. El proyecto lo empecé a trabajar con las productoras (Pasto Cine, Bárbara Francisco-Delfina Montecchia) a finales de 2013, para llegar a construir el guión, reescribirlo, pensar alternativas, buscar fondos. Venimos sumergidos hace mucho.

P- También incursionás en una forma de actuación absolutamente distinta.

R- Bueno, muchas gracias. Es la que me sale.

P- Es particular el modo en que tu gestualidad define los estados internos del personaje, las tensiones con quienes articulás en la ficción.

R– Lo que siempre trato de hacer, mi desafío mayor, y lo hablaba con un amigo antes de reunirme con vos, está relacionado con la abstracción. Son dos cuestiones, por un lado tener inquietudes, estudiar, investigar, trabajar para superarme espiritualmente, no? Yo creo mucho en algo renacentista de la formación… me interesan todos los temas, tengo curiosidad por saber muchas cosas. No sé… a veces siento que la vida es muy corta porque me encantaría hacer de todo. Tengo avidez por aprender y por saber. Y después, me parece que la tarea es abstraerse un poco de la presión social y tratar de hacer algo donde invierta trabajo y se relacione conmigo. En definitiva, ese es el camino. Siento que hago para conectarme con mis cuestiones. Es el esfuerzo que hago para que las cosas tengan mucha elaboración y se parezcan a algo mío.

P- Todas actividades que serán vistas… La visión del otro se incorpora porque le permitís pensar, sentir qué le ocurre a tus personajes. Respetás la inteligencia del espectador, no le das todo digerido.

R- Sí, sí, sí. Es bueno que aparezca la recepción de los espectadores. A mí también me gusta que las cosas me hagan pensar, no entenderlas del todo. Qué desilusión cuando veo algo y se entiende totalmente.

P- Es tan explícito que sólo da lugar a ver.

R- Cuando es algo muy conocido, es información redundante. Más de lo mismo. Si es diferente, es un ruido que lleva a encontrar un equilibrio que pasa por traer información nueva y diferente.

P- ¿Este mecanismo es consciente, deliberado, o surge de forma espontánea?

R- Creo que es una mezcla. En una parte, tengo un impulso y sobre eso pienso. Algunas resoluciones son inconscientes, otras se vuelven conscientes, y no es tan definible qué es una y otra. Si creo que hay una porción en la que me propongo objetivos más abstractos, más teóricos, y otras veces me guío por cuestiones más emocionales o impulsivas que no quiero explicar siquiera. Todo se mezcla y en el tiempo que implica, sobre todo, el cine, intervienen muchas personas con las que me confronto. Amigos con los que edito y discuto cómo hacerlo, cómo usar el sonido que da a la imagen otra dimensión; los actores que van aportando.

Yo trabajo en este ambiente que es muy colaborativo. Entonces, la resolución no es del todo personal, se mezcla con la mirada de los otros, con los actores, con sus cuerpos, con sus emociones, con lo que traen. Y además con vivir en esta ciudad de Buenos Aires, en esta época, con la gente que me relaciono. Eso afecta.

P- ¿Cuánto han influido tus padres en la libertad para moverte, operar, estudiar, indagar?

R- Sin dudas, son muy importantes para mí. No solo por su apoyo emocional, sino por su manera de entender lo que me transmitieron. Me crié en una casa muy creativa, donde se pensaban mucho las cosas, no había tantas definiciones arquetípicas o más cliché, sobre temas sociales. Tuvieron cuestiones buenas y malas, pero me permitieron mucho, no tenerle miedo a la locura o a los bordes de la realidad, digamos.

P- Ahora, vas a participar en la muestra de cine de Cipolletti y a dar un seminario en Roca.

R- Tengo mucha curiosidad de conocer el IUPA porque me dijeron que es muy bueno. La faceta de enseñar la descubrí hace seis, siete años. Empecé tímidamente dando clases de actuación para adolescentes, cuando era más joven, después di de dirección, y es un espacio que disfruto mucho. Me di cuenta que podía transmitir conocimientos a otros, y les servían… Una vez leí que para terminar de aprender algo, había que enseñarlo. Es verdad, porque formar obliga a teorizar, a sistematizar, a pensar dentro de un marco teórico y en un contexto. Es un estado aprendizaje muy bueno para mí.

Enseñar es un rol al que me gusta darle aire. Por momentos, parece que sabés lo que estás dando, pero también me cuestiono todo el tiempo… Se relaciona con que el otro se haga preguntas. En realidad, pensé cuáles son las clases que más me gustaron… O los profesores, los maestros… Siempre fueron los que me hacían pensar en la vida y no en la disciplina en particular; los que trascendían la asignatura que enseñaban y me hacían reflexionar sobre la existencia y cuestiones que iban más allá de la materia precisa. Algo de eso trato de hacer, que enseñar un tema permita pensar sobre el mundo. Mi intención es que las películas puedan ser algo así, que te lleven a analizar algo de tu vida, de la existencia humana, o te permitan preguntarte sobre ciertas emociones, no sé. Supongo que cuando uno hace algo es para compartir justamente eso.

Semimario: Dirección de Actores.

“Una vez leí que para terminar de aprender algo, había que enseñarlo. Es verdad, porque formar obliga a pensar dentro de un marco teórico”,

asume María Alché, sobre su rol como docente.

María en todas partes

Vivir en el cine

Como actriz se formó con Julio Chávez, Nora Moseinco, Pompeyo Audivert y Paco Jiménez. Es realizadora Audiovisual egresada de la Escuela Nacional de Cine y Experimentación Audiovisual (ENERC). Colaboró en proyectos de investigación y guión, asistiendo a Lucrecia Marte. Dirigió los cortos “¿Quién se metió con Mayra?” (2008) y “Noelia” (2012). De este último fue también guionista y productora. Desde 2010 es docente de actuación y dirección de actores en ENERC.

La “niña santa”: María Alché llega al Festival de Cine de Cipolletti y al IUPA

Datos

María Alché dará un seminario de Dirección de actores en Cine, en el IUPA, mañana, de 15 a 19, el jueves y viernes, de 10 a 13 y de 15 a 18. Los cupos de asistencia son 10 para 4º año (curriculares); 7 para 2º y 3º, por orden de llegada; 6 para egresados de teatro o actores/actrices externos; y dos para egresados de Cine. Inscripción en Secretaría de Extensión, hasta hoy. Alumnos curriculares sin costo; estudiantes del IUPA $170; egresados $220; profesores IUPA $300; y externos $450.
“Una vez leí que para terminar de aprender algo, había que enseñarlo. Es verdad, porque formar obliga a pensar dentro de un marco teórico”,

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