María Julia evadió impuestos, pero investigarán a su contador

Tres inspectores de la Dirección General Impositiva (DGI) ratificaron ayer que la ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray evadió impuestos, pero indirectamente terminaron favoreciendo a la ingeniera al deslizar que la culpa habría sido de su contador, tal como lo había sostenido la acusada de presunto enriquecimiento ilícito.

Las presuntas irregularidades que se encontraron en los papeles de María Julia llevaron incluso a que se abriera una causa contra el contador Luis Furlone, quien deberá declarar el próximo viernes ante el Tribunal Oral Federal 4, que instruye el juicio oral contra la ex secretaria de Recursos Naturales. Ayer quedaron expuestas cuando tuvo que declarar el dueño de la empresa Estibajes Norte, una de las firmas a las que, supuestamente, Alsogaray habría asesorado y por la cual habría cobrado 100 mil pesos de los 2.500.000 de su injustificado ingreso patrimonial. El ex titular de la empresa de cargas, Fernando Domingorena, aseguró que «nunca» fue «asesorado por Alsogaray».

Por su parte, los agentes de la DGI contaron que la propia María Julia les hizo un escándalo cuando le pidieron que pagara impuestos por la suma que le habría abonado Estibajes Norte. Aunque el tema aún no está claro, se cree que habría habido una relación entre Furlone y el contador de esa firma, según lo deslizó ayer en la audiencia el testigo Luis Cabello, agente de la DGI.

Fue Cabello el encargado de llevar adelante la investigación que abrió el organismo fiscal par analizar los bienes de María Julia Alsogaray, y quien más terminó favoreciendo a la defensa.

Cabello aseguró que cuando se acreditó la evasión impositiva se entrevistó con la ingeniera y le manifestó: «A usted le sobran ceros de un lado y le faltan del otro». Según recordó, «ella se mostró sorprendida y se preguntó cómo había pasado esto, se preocupó y me mostró un cuaderno donde tenía asentado el dinero que tenía destinado al pago de impuestos, pero yo le aclaré que no tenía lo mismo en mis papeles».

Entre esas diferencias, incluso, comentó que para María Julia el petit-hotel de la Recolecta valía 200 mil dólares (según la escritura), pero la tasación hecha por la DGI daba cuenta de 400 mil. Se quejó además porque «la prueba se me cayó» cuando en una revista se publicó el precio que María Julia sostenía.

Mientras tanto, los otros funcionarios de la DGI, Eduardo Angel Russo y Ana María Muñoz, confirmaron que la ex funcionaria de Menem evadió el Impuesto a la Ganancias y Bienes Personales, y el gravamen al sello en el marco de un convenio por servicios de asesoría prestados a la empresa Astilleros Alianza, pero aclararon que, más tarde, se puso al día.

(Télam/DyN)