Más cargos contra Pacher tras los dichos de su ex pareja

La mujer dice que quisieron asustar a la víctima.

VILLA REGINA (AVR y AR).- La primera jornada de testigos por el crimen de Mariela Rodríguez, resultó más importante de lo que se pensaba. Natalia Fuhr, la ex concubina de Pacher, aseguró que éste salió la madrugada del crimen, y que regresó con la camisa rota, con rasguños y manchas de sangre.

La declaración desencadenó además un pedido de careo por parte de la defensa de los procesados entre Miranda Cancino -otro de los testigos clave que declaró ayer- y Fuhr, debido a una serie de contradicciones en sus testimonios . A esto se sumó que la defensa solicitó la suspensión del debate, una vez que concluyan las audiencias previstas hasta el miércoles, para poder aportar nuevos testigos que reviertan la ampliación de la acusación contra Pacher.

La ex mujer del imputado, en principio se mostró nerviosa y casi rompe en llanto, pero luego se recompuso para responder las preguntas. En su testimonio aseguró que González Pino, los hermanos Rubén y Mario Suárez iban con regularidad al desarmadero ubicado en la intersección de las calles Río Negro y ruta 22, mientras que desconoció a Javier Inostroza.

Relató que unos días después del crimen en las oficinas del desarmadero, Pacher discutió con varias personas entre las que identificó a Rubén “Tata” Suárez. En esa oportunidad le escuchó decir a su ex pareja “se nos fue la mano, solamente teníamos que darle un susto”.

En su testimonio dijo que Pacher, en la madrugada del 27 de noviembre de 1995, alrededor de las 2.30 de la mañana salió con su camioneta, y que a la mañana siguiente cuando se levantó alrededor de las 7, le encontró rasguños en el cuello y espalda además de un corte en el antebrazo derecho. Al mismo tiempo indicó que a esa hora Pacher le comentó que habían encontrado muerta a una taxista. Indicó que en el desarmadero había un cuchillo de 20 centímetros con doble filo, y que luego del crimen de Rodríguez desapareció.

Del mismo modo dijo haber escuchado en otra oportunidad que la taxista se había quedado con dinero de drogas y que su ex marido debía reponer el faltante. Días después del crimen, Pacher vendió una camioneta “y nunca supe que hizo con ese dinero”. Señaló que en los días posteriores hubo un cambio rotundo en la actitud de Pacher, quien “obsesivamente” hablaba de la muerte de la taxista.

Fuhr sostuvo que Pacher era adicto a las drogas, ya que en una oportunidad los sorprendió mientras se inyectaba y le encontró “porros” en la billetera.

Comentó que en otra oportunidad sorprendió a Pacher practicando sexo oral con el grupo de jóvenes que diariamente concurrían al desarmadero, y que poseía un video de sexo explícito entre Pacher y una menor frente a un pequeño de corta edad.

Si bien los dichos de la testigo por momentos fueron coincidentes con los de Miranda Cancino en algunos aspectos, en otros hubo contradicciones que llevaron a la defensa a plantear un careo entre ambos.

La declaración de René Miranda Cancino, quien asegura haber presenciado cuando se decidió asesinar a la taxista reginense, fue otra de las declaraciones importantes de ayer.

Ratificó en pleno su acusación, brindó algunos datos llamativos, y también incurrió en algunas contradicciones o actitudes que no supo justificar con convencimiento.

También aseguró haber recibido “aprietes” por parte de algunos policías, a quienes identificó, y se refirió a manejos poco claros por parte de algunos uniformados. Incluso afirmó que le sugirieron que se haga cargo del asesinato, y que en dos años lo sacaban de la cárcel .

El testigo ratificó haber escuchado cuando Aldo Pacher dijo en el desarmadero que había “que matar a la tachera de mierda”.

Justamente Pacher, es quien más complicado resulta de la declaración de Miranda Cancino. Además de la frase, dijo que Pacher consumía drogas -el imputado lo había negado-, que en una oportunidad lo llevó a su casa en el auto de un policía de apellido Galván -Pacher había asegurado que nunca manejó un auto ajeno-.

Además, mencionó que a González Pino lo vio dos veces en el desarmadero durante la semana previa al asesinato, a pesar de que éste niega haber conocido a Pacher.

No variaron sus testimonios

VILLA REGINA (AVR y AR).- Por contradicciones entre los testimonios de René Miranda Cancino y Lorena Natalia Fuhr en cuanto a qué ocurrió la noche previa al asesinato de Mariela Rodríguez, la defensa de los procesados pidió un careo entre ambos que se llevó a cabo sin que ninguno variara sus dichos.

Puntualmente la defensa indicó que Miranda Cancino dijo no haber visto rasguños en Pacher el día posterior al crimen, mientras que Fuhr si los vio. Además Cancino aseguró haber seguido yendo al desarmadero unos seis meses después del 27 de noviembre del ‘95, y la ex esposa de Pacher dijo haberlo visto 10 o 15 días después.

La principal contradicción estuvo centrada en qué ocurrió dentro de la vivienda la noche anterior al crimen. Cancino dijo haber estado en el lugar a las 21 del 26 de noviembre, en la cocina de la casa junto a Pacher, González Pino, tres jóvenes y otra persona.

A su turno Lorena Fuhr sostuvo que esa noche cenaron con su ex pareja alrededor de las 22.30 y no vio a nadie dentro de la casa, aunque sí admitió que había gente afuera.

Por otra parte Fuhr aseguró que René Miranda Cancino fue en varias oportunidades al desarmadero después de las 23, mientras que éste negó haber ido en esos horarios, aunque sí hasta cerca de la medianoche.

Chirino cree que se trató de un crimen pasional

VILLA REGINA (AVR y AR).- Para Adriana Patricia Chirino, una de las testigos que pasó ayer frente al tribunal, el crimen de la taxista Mariela Rodríguez fue por motivos pasionales, ya que según sus dichos los hermanos Rubén y Mario Suárez salían con ella.

Chirino dijo conocer a los procesados a excepción de Aldo Pacher, aunque los vinculó al decir que los Suárez con frecuencia iban al desarmadero.

La mujer se mostró reticente a contestar las preguntas que formularon tanto la fiscalía, como la defensa y los integrantes del Tribunal, y en varias oportunidades al ser repreguntada sobre un mismo tema alegó ya haberse manifestado.

En su declaración aseguró que Rubén “Tata” Suárez y su hermano Mario, en una oportunidad dijeron “la matamos loco, la matamos” y que Mario agregó “a la taxista”. Sostuvo que cuando se expresaron de esa manera estaban los padres de ambos.

Si bien no pudo precisar los hechos en días y horas al alegar no recordar ni fijarse en las fechas, comentó que Javier Inostroza después del crimen llevó a su casa un anillo de oro con el nombre “Mariela” grabado, también un cuchillo que no pudo describir claramente. Agregó a estos elementos un reloj y una camisa de jean celeste con manchas de sangre.

La joven aseveró que Rubén y Mario Suárez eran adictos a las drogas, aunque para ella el móvil del asesinato de la taxista fue pasional. Puntualizó que Rubén Suárez salía con Mariela y que había comprado muebles para irse a vivir juntos. Al mismo tiempo Mario Suárez también salía con la taxista, y esto generó una discusión entre ambos.

Señaló que en varias oportunidades fue agredida y amenazada por haber dicho que iba a declarar lo que sabía ante la policía, e incluso dijo que fue víctima de ataques en los últimos meses.


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