Más clase media impulsa el crecimiento brasileño

La educación fue clave para este cambio positivo.

AP

BRASILIA (AP) _ Ednalda Ribeiro da Silva recibía asistencia del gobierno para mantener a sus dos hijos, de 14 y 4 años de edad, mientras se ganaba la vida como vendedora ambulante de cosméticos en Ceilandia, una ciudad de clase obrera en el entorno de la capital brasileña.

Con la ayuda oficial de 134 reales (73 dólares al tipo de cambio actual) mensuales, Rivero da Silva pudo costear los estudios de sus hijos luego de separarse de su segundo marido dos años atrás.

Aunque el monto de la asistencia era pequeño, en una comunidad de bajos ingresos bastaba para garantizar la alimentación básica del mes y le permitió a esta mujer de 31 años formarse como técnica de enfermería mientras sus hijos iban a la escuela.

Al recibir el título, Rivero da Silva obtuvo empleo en un hospital y pudo renunciar a la ayuda que recibía de Beca Familia, el principal programa de asistencia social del gobierno brasileño, que transfiere dinero a familias necesitadas con la condición de que sus hijos estudien.

Como asistente de enfermería, Silva gana un sueldo básico de unos 2.200 reales por mes (1.200 dólares), más una buena cantidad de horas extras, y pudo comprarse a crédito un automóvil nuevo con el cual recorre los casi 50 kilómetros de distancia hasta el hospital donde trabaja. También entró a estudiar pedagogía en una universidad privada y ya está pensando en inversiones futuras.

“Quiero comprar una casa, pero antes tengo que terminar de pagar el auto’’, comentó Silva. Como ella, millones de brasileños salieron en los últimos años de la pobreza y engrosaron las filas de la clase media, un segmento que ha crecido desde el 2004 y ayudó a crear un sólido mercado interno en Brasil, que permite al país resistir los peores impactos de la crisis global.

Un estudio de la Fundación Getulio Vargas, basado en estadísticas oficiales, señaló que 48,7 millones de personas aumentaron sus ingresos y pasaron a las clases media y alta entre 2003 y comienzos de 2011.

Dentro de ese total, 13,3 millones tuvieron esa movilidad social en los 21 meses acumulados hasta mayo de 2011, es decir, en momentos que Brasil lidiaba con los efectos de la crisis financiera global. El gigante sudamericano tiene una población total de 191 millones.

Paulo Januzzi, secretario de evaluación y gestión del ministerio de Desarrollo Social, coincidió con el papel de la educación en la movilización social brasileña, pero recordó que el dinamismo económico iniciado en el país a partir del 2004, aunado a los programas sociales de distribución de ingresos, como Beca Familia, fueron clave.

“La economía se recupera en los años 2000 por factores internacionales, como el crecimiento en China (que realiza un intenso intercambio comercial con Brasil), pero también por un cambio de orientación en la política pública.

El salario mínimo pasó a tener aumentos reales anuales y se ampliaron los programas de transferencia de ingreso. Todo eso pasa a crear una masa de consumo en que los segmentos de menor calificación se incorporan al mercado laboral con mejores salarios, lo que impacta el tope de la pirámide’’, dijo Januzzi.

La valorización real del salario mínimo, adoptada como política del entonces gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), permitió que los sectores menos favorecidos vieran sus ingresos aumentar 55% por encima de la inflación entre el 2004 y el 2010.

Paralelamente, en ese período fueron generados 15 millones de empleos formales, permitiendo que por primera vez el Brasil tuviera más trabajadores formales que informales, según datos del Ministerio de Trabajo.

Ednalda Ribeiro da Silva junto a su madre da testimonio como nueva integrante de una clase económica que se amplía cada vez más.


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