Más de 20.000 peregrinos siguieron a la Virgen

Cumplieron la habitual procesión a Centenario.Duro discurso del obispo Melani contra los políticos.

Una multitud cubrió 20 kilómetros a pie entre Neuquén y Centenario para demostrar su fervor religioso.
fieles peregrinaron ayer hacia Centenario esperanzados en un cambio de las políticas de gobierno y en pos de un futuro más favorable. También para dar gracias y pedir que no les falten el trabajo y la salud. El obispo Marcelo Melani compartió con los feligreses las críticas de los obispos argentinos al rumbo actual del país.

Los organizadores calcularon que más de 20.000 peregrinos acompañaron a la virgen en la procesión que nació en la capital neuquina y terminó con la tradicional misa en la plaza San Martín de Centenario; un recorrido de aproximadamente 20 kilómetros a pie.

«Yo vengo a agradecer por la salud mía, de mi hermana y mis sobrinos. También camino para que los gobiernos cambien y podamos seguir adelante; lo que no tenemos que perder es la fe», dijo Alejandra, de 30 años.

La feligresa viaja todos los años a Luján para cumplir allí el rito religioso; sin embargo, este año prefirió participar de la actividad organizada por el obispado neuquino.

Melani caminó junto a la gente desde la Catedral de Neuquén hasta Centenario, y en medio de la columna -al igual que muchos otros sacerdotes jóvenes-, les brindó a los fieles el sacramento de la confesión.

La columna de hombres, mujeres, jóvenes y niños llegó a ocupar más de cinco kilómetros en forma continua sobre la ruta 7, y mientras la cabecera de la marcha ingresaba a Centenario, los grupos rezagados aún no salían de las inmediaciones del peaje, donde se encuentra ubicada la ermita de la Virgen de Luján.

En su mensaje, el obispo compartió con la congregación las conclusiones de la Conferencia Episcopal Argentina.

«Ninguno queremos que en la Nación predomine la rapiña y el beneficio sólo para algunos», y mientras criticó la «corrupción y el asistencialismo» de los políticos, aseguró que la Iglesia había reiterado la necesidad del cambio «con el camino del diálogo, más allá de las diferencias que podamos tener», dijo.

«Ser protagonistas»

Sin embargo, instó a los fieles a ser protagonistas, y «no esperar que a que los políticos» realicen los cambios, sino «decirles a los políticos cuál es la patria que queremos y soñamos».

El titular de la diócesis neuquina advirtió que la participación solicitada no fuera entendida por otros miembros de la congregación, pero reiteró que «tenemos que buscar el camino y seguro que es el de la comunidad, no hay que quedarse encerrado en la Iglesia o en la casa», planteó.

Los peregrinos que participaron de la celebración religiosa llegaron a Neuquén desde Cipolletti, Allen, Roca, Cinco Saltos, Fernández Oro, Plottier, Senillosa y los diferentes barrios de la capital neuquina.

Salieron desde la catedral -ubicada en plena Avenida Argentina- pasadas las 8.30 y se encaminaron por la multitrocha a Centenario, en tanto en Parque Industrial los esperaba otro grupo de fieles que se sumó a la columna.

Llegaron a las inmediaciones de la ermita de la virgen de Luján alrededor de las 10, donde se reunieron con centenares de fieles que habían salido de desde Centenario y que esperaban el encuentro con la columna de Neuquén para ir en busca de la Virgen, apostada en la altura de la barda en esa zona.

El final de la jornada religiosa fue pasadas las 13, al término de la misa que celebró el obispo Melani en la plaza San Martín; que incluyó el corolario de la sacristía, que fue impartida por más de una docena de sacerdotes de la diócesis neuquina.

Mucho fervor, pocos gastos

CENTENARIO (ACE).- Los vendedores ambulantes no vendieron prácticamente nada, pese a que la mayoría de los productos que ofrecieron al término de la procesión están destinados a ofrecer un sabroso bocado o una refresco para compensar cuatro horas de caminata continua.

Es que en el marco de la crisis y del cuidado extremo del presupuesto familiar, la mayoría de los feligreses llevaban canastas con gaseosas, sandwiches, frutas o ensaladas y el infaltable equipo de mate para otorgar al cuerpo un respiro bajo la sombra de la plaza donde se llevó a cabo la misa.

«Si la peregrinación pasada hicimos 100 pesos, en esta vamos a hacer menos de 30», se quejaron algunos vendedores de dulces y azúcar para los niños, en tanto un comerciante que llevó sandwiches para los peregrinos, sin vueltas aseguró que le fue «pésimo, no se vendió nada».

La organización del encuentro religioso contó este año con la disposición de baños públicos en las inmediaciones de la plaza San Martín.

Además, estuvieron presentes los grupos de jóvenes que tradicionalmente ofre-cen agua y los servicios del botiquín de primeros auxilios para los que lo requirieran. Por fortuna, este año los necesitaron muy pocos.

Fueron a agradecer, a pedir y a reconfortarse después de un año difícil

CENTENARIO (ACE).- Los peregrinos que participaron de la procesión de ayer llegaron desde casi todas las localidades cercanas a la confluencia. Sin embargo, la mayoría procedía de Neuquén capital y de Centenario. Todos coincidieron en la necesidad de un consuelo espiritual porque «este fue un año muy duro», aseguraron.

Así lo calificó, entre otros, Estefanía León, quien llegó a Centenario desde el barrio La Sirena, de la ciudad de Neuquén, junto con su hijo y su nuera para agradecer, y buscar un respiro «porque este fue un año muy difícil».

«Este es el primer año que vengo, para agradecer y también para pedir salud y trabajo porque estamos en un período muy difícil, es todo muy duro los que nos toca vivir», dijo una feligresa que llegó desde Neuquén, de una comunidad católica ubicada en el barrio San Lorenzo.

Raúl Cortés salió a las 7 de la mañana desde Senillosa para participar de la procesión que terminó al mediodía en Centenario. «Este año hubo más gente que en las anteriores, pero nosotros venimos desde hace 19 años, y antes venía mucho más gente», consideró.

«Venimos porque queremos que cambie la situación del país en general; necesitamos ponernos de pie y avanzar», dijo una mujer que caminaba junto con su hija; habían salido desde Neuquén y pertenecen a la comunidad de la capilla Rayito de Sol.

Miguel participa en la Catedral y este fue el primer año en participar de la convocatoria diocesana. «Estoy desocupado, pero vengo a dar gracias por estar acá. Tenemos que pedir a Dios que nos ayude a ponernos de pie todos los días», dijo.

«Venimos a agradecer y pedir por todos los nuestros, este es un año muy duro y hay que vivirlo con más fe para poder continuar», dijo una peregrina que venía desde La Sirena, en Neuquén.

«Pedimos por la Patria, la gente y el Pueblo; por todos los argentinos, que lo necesitamos», aseguraron dos amigas que llegaron en la columna de la peregrinación.

El rito religioso se cumplió ayer con alegría y cansancio en algunos, bajo un sol que acompañó la velada pero que al término de la caminata provocó pequeños inconvenientes en algunas mujeres que se descompusieron.

Fueron pocas, y recibieron rápida asistencia de los grupos de jóvenes que recorren la peregrinación con botiquines de primeros auxilios.

Los únicos que estaban quejosos ayer eran los vendedores ambulantes, por el escaso poder de compra de los fieles.

Aunque en otras ediciones de la peregrinación son varios los puestos de venta de comida para entidades intermedias, en esta oportunidad sólo un grupo de mujeres de una escuela realizó la venta de las tradicionales empanadas.

Tampoco faltaron -aunque mermados en número- los tradicionales puestos de venta de choripán con su irresistible aroma.


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