Más de 4.500 hectáreas calcinadas cerca de Piedra del Aguila 

Anoche el fuego seguía su avance sin control.

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Una superficie estimada en unas 4.700 hectáreas de estepa es la afectada hasta anoche por el fuego en una zona cercana a Piedra del Aguila.

Se trata del incendio más grande en lo que va de la actual temporada, y al cierre de esta edición uno de los focos se mantenía con inusitada actividad, y las llamas seguían devorando pastizales de coirón y neneo sin control alguno.

Combatientes de Bosques de la Provincia con asiento en Junín y San Martín de los Andes luchan desde la tarde del lunes contra el fuego, contando con el apoyo de dos helicópteros.

El área quemada hasta anoche formaba un triángulo de 22 kilómetros de longitud, cuya base medía unos 4 kilómetros, y su cabeza unos 300 metros.

El frente seguía desplazándose en dirección al noreste al impulso de los vientos que durante toda la jornada soplaron del cuadrante suroeste con moderada intensidad.

La ubicación inicial del sitio del siniestro originó cierta confusión, ya que el lunes por la tarde se había indicado que el foco se encontraba a unos 23 kilómetros al oeste de Piedra del Aguila en dirección al paraje Sañicó.

Pero su verdadera posición era al este de la ruta nacional 237, a unos 20 kilómetros al sur de Piedra del Aguila y en dirección al río Limay.

El frente principal se dirige hacia la zona de Zaina Yegua y Paso Yuncón, dejando a su paso una extensa superficie de estepa calcinada. Ayer, las altas temperaturas registradas en el área afectaron las tareas de combate.

El ataque inicial estuvo a cargo de bomberos voluntarios de Piedra del Aguila y de Junín de los Andes, quienes ayer se replegaron a sus respectivos cuarteles dejando en manos de los brigadistas de Bosques el combate contra las llamas. Los efectivos trabajan con herramientas específicas de mano.

Dos helicópteros se sumaron a la lucha: un Bell UH1H de mediano porte del Plan Nacional de Manejo del Fuego con base en el aeropuerto Chapelco-Carlos Campos, y un Hughes 500 D contratado por la administración provincial.

Esta última aeronave comenzó ayer sus lanzamientos de agua con el helibalde para enfriar el frente del siniestro a partir de las 7 de la mañana. El agua es obtenida del embalse de Piedra del Aguila, pero dada la distancia y la consiguiente demora entre un lanzamiento y otro, los responsables del combate se disponían anoche al llenado de un tanque australiano de unos 10.000 litros en una zona más próxima al siniestro.

El helicóptero del Plan Nacional de Manejo del Fuego, cuya capacidad de lanzamiento de agua duplica al del Hughes contratado por la provincia, fue replegado ayer por la tarde a su base en el aeropuerto Chapelco.

Aparentemente, las razones de esta decisión se sustentan en la demora que esta aeronave tiene para cubrir el trayecto entre el embalse de Piedra del Aguila y el área de fuego, – unos 30 minutos de vuelo en cada lanzamiento-lo que disminuía la capacidad de enfriado de áreas de fuego.

La lucha continuaba al cierre de esta edición, y los pronósticos meteorológicos no son alentadores, ya que para los próximos tres días anuncian aumento de las temperaturas y ausencia total de precipitaciones para la cuenca del río Limay. 

Falta de comunicación y errores en el combate del fuego

El combate del incendio más grande de lo que va de la temporada en la provincia del Neuquén muestra algunas facetas poco habituales: falta de comunicación y errores en la apreciación de su magnitud.

La carencia de comunicaciones directas entre el lugar donde las llamas ya han afectado unas 4.700 hectáreas de campos y las centrales operativas de Bosques de la Provincia de Junín y San Martín de los Andes, resultó totalmente inhabitual. Esto se tradujo en la demora en conocer los partes de situación del incendio, que en otras temporadas daban por lo menos dos panoramas diarios desde el área de combate. Hasta el cierre de esta edición, el último parte daba cuenta de la situación a las 21 del pasado lunes. Desde ese momento hasta anoche no hubo más «partes de novedades».

En este último se indicaba que eran 200 las hectáreas afectadas por las llamas. Y esta apreciación, de acuerdo con fuentes seguras, provino de un error de observación de la magnitud del siniestro por parte de un helicopterista que comunicó la superficie, que a su juicio, era presa del fuego.

La falta de comunicaciones mantiene en tensión a los responsables de las distintas centrales de operaciones, ya que no sólo se conoce fragmentariamente la conducta del fuego, sino que la misma suerte corre respecto de la situación de los combatientes que se encuentran en el lugar. (ASM)


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