Más hostilidad entre los padres y el esposo de Terri

Sus progenitores quieren realizarle exequias católicas.

PINELLAS PARK, Florida, EE. UU. (AP)- Los manifestantes que habían realizado vigilias frente al hospicio donde murió Terri Schiavo se marcharon ayer, pero la hostilidad entre sus padres y su esposo continuaba al informarse que las familias planeaban exequias diferentes.

Schiavo, de 41 años, murió el jueves, trece días después de que su sonda alimentaria fue removida por órdenes de un juez tras los frustrados intentos del Congreso y la Casa Blanca por intervenir en el caso.

Michael Schiavo dijo que su esposa había declarado que no deseaba ser mantenida viva por medios artificiales. Sus padres, Bob y Mary Schindler se manifestaron en desacuerdo y mantuvieron la esperanza de que ocurriese un milagro que permitiese la recuperación de su hija, que sufría de atrofia cerebral, pero que según ellos luchaba por hablar.

Las lesiones de Terri Schiavo serán revisadas por un médico forense, el cual realizará una autopsia que podría determinar si la paciente estaba realmente consciente y si había sido víctima de abusos por parte de su esposo, como dicen los Schindler. Los resultados de esa autopsia se esperan en unas pocas semanas.

La cuestión de las exequias de Schiavo es algo que las familias involucradas tendrán que resolver por sí mismas. Los Schindler, que son devotos católicos, desean sepultar los restos de su hija en la Florida, que es donde residen. Pero su esposo Michael, que tiene la tutela de sus restos, proyecta incinerarlos.

Su hermano Scott Schiavo dijo que las cenizas de Terri serán sepultadas en un lugar no revelado cerca de Filadelfia de manera que su familia inmediata no pueda asistir y dar al acto el carácter de espectáculo televisivo.

En cambio se concedió a los Schindler la oportunidad de celebrar una misa de réquiem la semana entrante. El hospicio de la Schiavo, donde grupos de manifestantes habían llorado, rezado y entonado himnos religiosos, estaba ayer en calma. Más de 50 manifestantes fueron arrestados, muchos de ello por tratar de llevar simbólicamente alimentos y agua a la paciente.

Por otra parte, el reverendo Frank Pavone, no ha tenido reparos en acusar a Michael Schiavo de haber asesinado a su esposa y de haberse asignado un derecho sobre su vida que no le corresponde, 'sólo a Dios'.

En contraste con los Schindler, que son muy dados a hacer declaraciones a la prensa, Schiavo permaneció recluido y ha preferido que su hermano hable en su nombre, así como su abogado George Felos, que estuvieron con él en los últimos minutos de la agonía de Terri.

A Schiavo se le ha tildado, además de 'asesino', de llevar una doble vida, ya que vive con otra mujer, su novia Jody Centonze, con la que tiene dos hijos y con la prevé casarse. Sin embargo, los amigos íntimos, enfermeras y personal que estuvo cerca de Terri lo describen como una persona que atendió con dedicación a la que fuera su esposa.

Entre ellos, las enfermeras que cuidaron a Terri describen a Michael como «difícil y exigente» y relataron que pedía que la movieran regularmente para evitar escaras, bañarla diariamente, perfumarla y maquillarla.

Jay Wolfson, un médico que evaluó a la mujer por mandato de un tribunal, declaró que Michael se ponía furioso si Terri tenía 'el pelo descuidado».


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