Más problemas para el Krause

El colegio cipoleño ya cerró sus puertas definitivamente, pero no termina de resolver el tema de los docentes que se van.

CIPOLLETTI (AC).- A pesar de su desactivación como entidad educativa y de todas las gestiones internas y externas que se hicieron al respecto, no han cesado los conflictos laborales en el Instituto Julio Krause, ubicado en el barrio Belgrano, una zona residencial por excelencia en el sudoeste del ejido.

El Krause, que en su momento fue una institución emblemática en su tipo en la ciudad y en la zona, según sus responsables entró en crisis económico-financiera por razones ajenas a la administración en sí, cayó la matrícula y por ende se decidió el cierre, proceso que se desencadenó el año pasado.

Aún así, fue un continuo tira y afloje la negociación con el personal, unos 60 docentes, la mayoría de los cuales arregló, aunque hay un grupo que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias.

Por lo que se supo de fuentes cercanas a los abogados de este grupo, los convenios confeccionados por los responsables del instituto tendrían algunas cláusulas que podrían estar obligando a efectuar concesiones en determinados derechos, como reclamos por la totalidad de las asignaciones familiares, determinados aportes o a leyes como las 25.345 y 25.323, razón por la cual estos empleados, varios de mucha antigüedad en la docencia en la institución, se niegan a renunciar a una parte de sus haberes indemnizatorios.

Todo el personal del instituto fue separado siempre bajo causales de problemas económicos ajenos a la casa al 31 de diciembre del 2006.

Entre otras cuestiones esto dejó a los poco menos de 200 alumnos que iban quedando en el Krause sin posibilidad de rendir sus materias en febrero del 2007 en su instituto y con sus profesores naturales, produciéndose una migración hacia diversos colegios públicos y privados de Cipolletti y de localidades aledañas.

En orden al destino de las importantes instalaciones del Krause, como se levantan en una zona residencial sólo pueden destinarse a la educación inicial, primaria y de nivel medio, no terciaria ni universitaria, y allí no hay ninguna posibilidad de reconvertirlas en oficinas. Esto, porque una versión que circuló a fines del 2006 daba cuenta de que una petrolera iba a tener su base en lo que hasta hace poco fue el instituto.

Sí se podría subdividir el predio y convertir las oficinas en viviendas, aunque el costo de un proceso del tipo no podría ser encarado por la actual gente que maneja lo que queda del Krause dada la caracterización de insolvencia referenciada cuando se potenció la desactivación.


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