Más vale prevenir que curar la tan temida meningitis

Las vacunas que previenen la infección son de muy alto costo. En contacto con el enfermo, el contagio es de forma directa.

La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro. Puede ser causada por virus o por bacterias, entre otros gérmenes. No se lleva un registro en la Argentina de ambas formas de la afección pero son cuadros que prevalecen según la época del año. Así, la primera prevalece durante el verano y la bacteriana suele estar en invierno y en primavera. En el caso de las bacterianas las bacterias que las causan son: el neumococo, el meningococo y el Haemophilus influenzae tipo B.

La única forma de prevenir la enfermedad en su tipo bacteriano es a través de la aplicación de vacunas, ya que para las formas virales no existen vacunas que la prevengan. La vacuna cuádruple -disponible en el país desde la década del ´90- previene la enfermedad provocada por el Haemophilus influenzae tipo B y se aplica a partir de los dos meses de vida, está dentro del calendario oficial de vacunación. Luego hay dos antígenos que no están dentro del calendario oficial y que previenen contra el neumococo y el meningococo.

«La vacuna contra el neumococo se aplica a partir de los 2 meses y en el caso del meningococo, si bien hay dos tipos de vacunas, en Argentina está disponible una contra el grupo C, que se da también a partir de los 2 meses de edad», indica el secretario general de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, Hugo Paganini.

En el país, explica Paganini, prevalecen tres tipos de meningococo: los de tipo B, C y el W135: «Contra el tipo B no hay ninguna vacuna eficaz en ninguna parte del mundo y contra el W135 hay una vacuna en Estados Unidos pero no está disponible en la Argentina. Esto responde a que en el primer país hay una epidemiología especial del meningococo, por lo cual confeccionaron una vacuna que tiene cuatro serotipos, los que están presentes allí».

Diferencias poblacionales

A diferencia de Estados Unidos, donde los más afectados son los adolescentes y universitarios por vivir en comunidad, en Argentina la población que más riesgo presentan son los niños pequeños.

Según Paganini, a nivel local se discute permanentemente la inclusión de nuevas vacunas dentro del calendario oficial. Tanto la vacuna contra el neumococo como contra el meningococo están disponibles en la Argentina desde el año 2000 pero únicamente dentro del circuito privado. Actualmente, el Estado sólo las aplica a aquellas personas que tengan un riesgo de salud aumentado: las personas inmunosuprimidas o que les falte el baso, por ejemplo.

Al Ministerio de Salud se denuncian entre 900 y 1.200 casos por año de chicos infectados por meningitis causadas ya sea por meningococo -entre 300 y 400- o por neumococo -unos 400-, y un poco menos por Haemophilus influenzae tipo B, porque se vacuna masivamente.

La mortalidad por meningitis es del 5%, a nivel mundial, en tanto que el 20 % de las personas queda con secuelas que generalmente son de tipo sensoriales, entre ellas la sordera es la más frecuente. También se pueden presentar trastornos motores y déficit intelectual. La mortalidad depende del tipo de germen, de la edad del chico y de la precocidad del diagnóstico.

En Argentina se están desarrollando ensayos clínicos sobre vacunas contra la meningitis y neumonía en varias provincias, Mendoza y Santiago del Estero, entre otras, de los que participan bebés. En febrero último, hubo denuncias que adjudicaban a los antígenos la responsabilidad por la muerte de una niña de 15 meses en Santiago del Estero, caso que se sumó a otras tres denuncias previas de similares características, y a la sospecha de que hubo irregularidades en el consentimiento informado a los pacientes que participaban del ensayo. El consentimiento informado es obligatorio, y es la garantía de que los pacientes -o en este caso, los padres de los bebés- recibieron toda la información necesaria antes de consentir su participación en el experimento.

Forma de contagio y prevención

En las tres formas de meningitis bacterianas el contagio es por contacto directo, es decir se necesita estar en contacto con una persona enferma ya que la enfermedad se transmite por vía respiratoria. La persona enferma tose y por las gotas de saliva circulan estas bacterias.

«Es importante cumplir con el calendario de vacunación. Mucha gente ni siquiera tiene acceso a las vacunas a pesar de ser gratuitas, ya sea porque no tiene un centro asistencial cercano o porque no tiene dinero para trasladarse hasta allí. Hay que mejorar este aspecto, tiene que haber además una buena nutrición e higiene, esto último pasa por proveer agua potable y cloacas a la población. Son cosas simples y básicas», señala el infectólogo.

Según Paganini, una vez que aparecen los casos hay que observar si están dentro de lo esperado o se salió de cauce. «Si se denuncian 1.200 por año, hay tres o cuatro cada día si se prorratean en forma homogénea durante todo el año, claro que no es así porque hay épocas en donde son más frecuentes».


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