Masacre ante la embajada india en Afganistán

Suicida en coche-bomba mató en la capital a 41 personas, entre ellas mujeres y niños. Es el peor ataque desde la caída del Talibán. Acusan a Pakistán de ayudar a los terroristas.

KABUL.- Sobre las 8:30 de la mañana, los diplomáticos en Kabul suelen comenzar su jornada. Ayer, justo a esa hora, un terrorista suicida se voló por los aires dentro de su vehículo frente a la embajada de India.

La delegación diplomática está situada en una concurrida calle frente al Ministerio del Interior y de varios comercios. Los que tramaron el atentado debían de tener claro que la explosión mataría o mutilaría a algunos civiles afganos. Esto no pareció echarles atrás.

Más de 40 muertos y unos 140 heridos fue el resultado cruel del atentado más grave desde la caída del régimen talibán a finales de 2001. El agregado militar y el consejero político de la embajada -que se dirigían a su lugar de trabajo- están entre las cuatro víctimas indias. Varios policías perdieron la vida, así como numerosos afganos que hacían cola para pedir una visa india.

Mujeres y niños que estaban en tiendas vecinas se contaban entre las víctimas que yacían en el lugar, ensangrentadas y en agonía, implorando ayuda.

Escombros humeantes cubrían el pavimento. La embajada se encuentra en una calle muy transitada, con árboles, cerca del Ministerio del Interior afgano, en el centro de la ciudad.

En los últimos días, las autoridades de la sede diplomática ordenaron acrecentar las medidas de seguridad mediante la instalación en sus inmediaciones de muros de contención como los que usan las fuerzas armadas a la entrada de sus guarniciones, pero la explosión fue tan poderosa que derrumbó uno de los muros

Como a menudo, los talibán no se atribuyeron el atentado. Sin embargo, el baño de sangre lleva la firma de los rebeldes radicales islámicos, quienes habrían vuelto a demostrar que pueden golpear fuertemente la capital convertida en fortaleza. Recientemente consiguieron llevar a cabo una acción espectacular al atacar un desfile militar a finales de abril en el participaba el presidente, Hamid Karsai. No es noticia que los diplomáticos y otros empleados de las embajadas en Kabul estén en constante peligro.

El número de soldados extranjeros muertos indica que Afganistán no es más seguro que Irak. Junio fue el mes con mayor número de soldados extranjeros muertos en Afganistán desde la caída del régimen talibán a finales de 2001.

Lo que resulta raro a primera vista es que le haya tocado ahora a la embajada de India. Este país ayuda en la reconstrucción de Afganistán pero no ha desplegado tropas en la zona. Sin embargo, un profundo y mutuo rechazo une a India con los talibán.

Nueva Delhi apoyó a la Alianza Atlántica, que luchó contra el régimen talibán financiado por el archienemigo de India, Pakistán. El presidente Karzai cuenta con el respaldo de India. Y es que la «yihad» no sólo significa para los extremistas luchar contra EE.UU. en Afganistán, sino también anexionar la parte ocupada por India en la región de Cachemira. Mientras que India y Pakistán se acercaron en los últimos años, las relaciones entre Kabul e Islamabad se movieron en la dirección opuesta. (ver aparte) (DPA/AP)


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