Mauricio, contrafaz de Cristina

En un 99 %, Macri resolvió ser candidato presidencial y confiar en Michetti para sucederlo.

Dando por hecho que Cristina Fernández “quiere ser” reelecta -expresión que un pingüino subrayó ante un cronista de “Río Negro”-, y desentendido del engorroso proceso doméstico en el radicalismo, Mauricio Macri ajustó la estrategia electoral para tratar de ser su principal oponente el 23 de octubre y dejarle a la diputada Gabriela Michetti la responsabilidad de retener la jefatura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Tenía puesto un ojo en el revoltijo del peronismo disidente, que la está pasando canutas desde que se murió Néstor Kirchner, hace tres meses y que en los últimos días se vio obligado a “suspender” las internas escalonadas y por regiones promovidas por Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, debido a las denuncias de “contubernio” lanzadas por sus frágiles socios Felipe Solá y Mario Das Neves. “Vemos que los justicialistas federales están recomponiendo entre sí. Y, es cierto, nos conviene que estén unidos y fuertes, pero la suerte que corra ese conjunto no nos quita el sueño. La prioridad es fortalecer el vínculo entre Mauricio y la gente”, manifestó, sin embargo, Humberto Schiavoni, jefe de campaña de Macri. Es que Macri no desdeña los esfuerzos de Duhalde por insuflar organicidad a la resistencia al kirchnerismo dentro del PJ, pero como “no le cierra” seguir como intendente con un gobierno nacional de signo K, cree que debe dar ya un paso adelante porque es “el único” en condiciones de ganar. Se presenta como la contracara de Cristina, y afirma que va a poner fin a la inseguridad y a los piquetes en la vía pública. “Hay un ciclo que se terminó y la gente quiere un cambio y esto se verá con mayor claridad en los meses venideros”, declaró profusamente por radio y televisión. Realista, admite que Cristina cuenta con “elementos para quedarse” hasta 2015. Apuesta, de darse esa posibilidad, a que Michetti, como jefa de gobierno porteña, genere otra relación con el poder central y atender así, con más eficacia, los problemas estructurales de la capital federal. Hay espacio también para la autocrítica. Lamenta, por caso, el distanciamiento con el empresario Francisco De Narváez y Solá, a los que se unió para propinarle a Néstor Kirchner una derrota en la provincia de Buenos Aires, el 28 de junio de 2009. Hoy se están explorando caminos de acercamientos, sin resultados concretos aún. “Cada uno creció por su lado y fue despertando expectativas. Hoy deberíamos procurar juntarnos otra vez para liberar la energía que existe en el país, en lugar de seguir enredados en la confrontación permanente”, propuso Macri a sus ex aliados. La falencia de Macri se da en las provincias. “Si quedamos estancados en los 15 puntos, poco podremos hacer. Si las encuestas nos dan 25, tendremos capacidad de negociación y forzaremos los acuerdos. Habrá que concentrarse distrito por distrito, donde los caciques están orejeando las cartas”, comentó a este diario otro de sus colaboradores. Tampoco le resulta absolutamente indiferente la forma en que los peronistas disidentes definirán su entuerto. Das Neves le avisó a Duhalde que les había faltado el respeto a él y a Solá al decidir un cronograma sin consultarlos. Le explicó que el 20 de marzo se eligen gobernador y 27 diputados provinciales en Chubut. “La tengo peleada y tengo que salir airoso si quiero seguir en carrera”, expuso con crudeza. Das Neves prometió no dejar el espacio ni complotar para “destruirlo”, pero reclamó consenso y reglas claras. “Basta de actuar de prepo”, disparó mientras por primera vez tendió puentes subterráneos para explorar acompañar a Macri como candidato a la vicepresidencia. “Técnicamente, el adelantamiento es imposible. Hay que ir a las internas abiertas, obligatorias y simultáneas del 14 de agosto”, se plantó Felipe Solá. En esta tesitura coincidió De Narváez, molesto porque Duhalde lo torea en la provincia con Graciela Camaño. “Es una locura hacer internas sin controles y sin padrones”, reforzó el diputado y empresario De Narváez, concentrado en el principal distrito del país, para batallar en apariencia contra Daniel Scioli, quien ante un plenario de militantes kirchneristas les dijo que pueden dormir tranquilos. “No tengan dudas, mi vida ha sido un ejemplo de esfuerzo y lealtad”. Hay más aspirantes lanzados al ruedo: “Lilita” Carrió, “Pino” Solanas. Y otros que esperan vaya a saber qué milagro andino para aglutinar masa crítica. Es el caso del vicepresidente Julio Cobos, quien café de por medio en medio de una charla amable en la que no faltaron críticas a los candidatos que se promocionan en las playas, le hizo una confesión al jefe del bloque de senadores del FpV, Miguel Pichetto. “Estoy pensando qué voy a hacer”, le dijo, tras ratificar su marginación de la interna abierta previa en la UCR que protagonizarán el 30 de abril Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz.

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