Mayordomo de Diana enoja a muchos

LONDRES (DPA) – La llamaron «princesa del pueblo» y «reina de corazones». A estos calificativos con los que Lady Di fue elogiada tras su muerte, se suma ahora «The Boss» (la jefa).

Así es como la llama Paul Burrell, el que fuera mayordomo de la Diana, en su segundo libro de memorias desde ayer a la venta.

En estas páginas afirma que él siempre fue «más un amigo que un sirviente. Me gusta pensar que yo he sido (con ella) fiel, leal, bueno, valiente…».

Pero muchos británicos lo ven de otra forma bien distinta.

Diferentes personas que llamaron a un programa de televisión dijeron que ha destrozado de forma «cínica» y «repugnante» el recuerdo de la princesa con su nuevo libro de memorias sobre Diana, tras el primero que publicó en 2003.

No ha sido tanto por el libro, que como si de un romance de Hollywood se tratara lleva por título «The Way We Were», como la forma en la que lo está publicitando.

En declaraciones a un programa de televisión, el ex mayordomo acusó a la familia real, inclusive los hijos de Diana, los príncipes Guillermo y Enrique, de no haber cuidado el recuerdo de su madre, que murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente en París. Y sostuvo que tan sólo él, el camarero-amigo, portaba solo su bandera.

Ingrid Seward, redactora jefe de la revista «Majesty», versada en temas de la casa real, calificó de «infame», la forma en que el mayordomo está ganando dinero.

«Por supuesto que los hijos piensan a menudo en su madre, pero no muestran todo el tiempo sus sentimientos en público», afirmó .

Burrell, sin embargo, se esfuerza en mantener vivo el recuerdo de la primera mujer del príncipe Carlos de Inglaterra por interés propio, añadió.

La verdad es que el lector no sabe mucho más de lo que sabía sobre Diana al leer el libro, pero el autor se aventura a contar historias como la de que Burrell excavó una tumba de bebé en los jardines del palacio de Kensington a petición de Diana, quien le ordenó que si alguien le preguntaba tenía que contestar que un animal había muerto.

En la tumba se colocó el hijo que nació muerto de una amiga de la princesa, por la que Diana sentía una gran pena.

«El único problema podría ser», dijo entonces la princesa según Burrell, «si alguien encuentra algún día el bebé y afirma que era mío».

De creer a Burrell, su «jefa» le encargó varias trabajos delicados. Supuestamente le mandó preparar en secreto una boda. No con Dodi Al-Fayed, quien también murió en el mismo accidente que ella.

El elegido era un cirujano cardiovascular londinense Hasnat Khan, de origen paquistaní, sobre cuya relación con Diana ya había informado el mayordomo.

Ella se quedó enseguida prendada del médico.

Sin embargo, Dodi, el hijo del dueño de los prestigiosos almacenes «Harrods», en Londres, y del hotel «Ritz», en París, Mohamed Al Fayed, realmente no tenía muchas posibilidades.

«La princesa conocía a Dodi de tan sólo 26 días y él tan sólo estuvo 10 minutos en el palacio de Kensington», explicó en una intervención televisiva, que realizó previo pago suculento.

Con toda franqueza el ex mayordomo cuenta que ha hecho coincidir de forma consciente la publicación de su segundo libro sobre Diana con el inicio del décimo aniversario de su muerte.

En su opinión en los próximos meses ofrecen una diversidad de escenarios para que este libro tenga siempre una nueva demanda, pues el público de los medios no deja en paz a Diana, aunque esté muerta.

Así, el próximo viernes se estrena en los cines británicos «The Queen», la película con Helen Mirren interpretando a la reina Elizabeth II, sobre la crisis en palacio que provocó la muerte de Diana.

Además, poco antes de Navidad Scotland Yard presentará el informe sobre la investigación sobre la muerte de Diana, que se ha visto salpicada por teorías conspirativas.

A principios de 2007 comienzan las vistas judiciales y, de acuerdo con la nueva juez del caso, la baronesa Butler-Sloss, la investigación podría concluir antes del décimo aniversario de la muerte de la princesa.