«Me dijeron que sólo era una 'chamuscada'»

«Lo que les hicieron no tiene justificación, nosotros queremos justicia, y vamos a pelear con toda nuestra fuerza hasta que esto ocurra. A mi hijo lo mataron, lo quemaron en el calabozo de la subcomisaría», dijo Juan La Fuente.

Para la familia del joven, la policía cometió varios excesos en el procedimiento que realizaron el 9 de febrero en esta localidad al detener a su hijo y a Esteban Pacheco, por el presunto robo a un pasajero del colectivo Ko-Ko.

La lista comienza con los golpes que los familiares aseguran que ambos jóvenes recibieron al ser detenidos, y continúa con las quemaduras que sufrieron en el calabozo.

Juan La Fuente junto a su mujer Beatriz señalaron que «nos enteramos porque nos avisó la novia de mi hijo, porque la policía hoy hace dos meses que no se acercó a avisarme. Yo fui a la comisaría a las 11 de la noche cuando me enteré y me dijeron 'no te hagas problemas fue una chamuscada'. Me vine a mi casa y no iba ir al hospital pensando en que si se había mandado una macana que se las banque; pero no me quedé tranquilo por el movimiento de ambulancias y patrulleros. Fuimos al hospital, mi mujer subió hasta terapia y le dijeron que estaba en quirófano, el paramédico que lo atendió le dijo que había entrado consciente. Pero después cuando la atendió el doctor Maldonado le dijo que en una hora se moría».

«Cuando hablé con el médico recién me enteré que tenía el 90 por ciento del cuerpo quemado y que no tenía chances, no tenía salida», comentó con lágrimas en los ojos. «En ningún momento nos dieron esperanzas, sólo esperábamos el desenlace», agregó al recordar los seis días de agonía que vivió en el hospital de Regina.

«Si la policía lo detuvo por un presunto robo, está bien. La policía dijo que estaba alcoholizado, drogado; pero si no se podían tener en pie, cuando los bajaron del colectivo los pibes corrieron… los agarraron después de correrlo. A mi hijo le pegaron, lo patearon en el suelo justo frente a la vivienda del policía Rivas, lo agarraron a trompadas después de esposado. Es decir que de ahí venía el maltrato. Lo llevan a la comisaría, a los pocos minutos se prende fuego en un calabozo, no hay papel, había un pedazo de colchón de goma espuma. Dos personas en una celda con las dimensiones de esta, ¿se pueden quemar en un 90 y 95 por ciento y sin ropa?», cuestionaron los padres.


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