«Me negué a pagar el boleto»

Avenida Bustillo, km 4,5, 18:30.

-¿Sabés cuánto hace que estoy esperando el colectivo con mi hijo, su amigo, la señora con el bebé en brazos y los otros ocho chicos que salieron del cole? ¡Una hora! Pasaron el 20 y el 21 y, además de atrasadísimos, no pararon. ¡Hace un frío de cagarse! ¡Vos también venías 15 minutos atrasado! Tengo 40 pesos en el bolsillo pero no te voy a pagar el pasaje. Si parás en la comisaría del km 13 y me denunciás, me hacés un favor, así mañana todo esto sale en la tapa del diario.

-Mirá, yo no tengo la culpa, quejate con el otro chofer o en la empresa. Señores, hasta que esta señorita no pague el pasaje yo no arranco -dijo el chofer y frenó.

Tuve que darme vuelta y explicarles a todos los pasajeros el porqué de mi actitud; no pagar es la única manera de reclamar que dos colectivos no pararon, que pasaron re atrasados, que éramos un montón en la parada a la salida de la escuela y lo peor: unos ocho chicos menores de diez años esperaban solos el colectivo jugando a un metro de la avenida Bustillo. ¿Qué están esperando, que muera un pibe atropellado?

Como siempre, no falta gente que, aunque pasa por lo mismo miles de veces al igual que yo, encima se enoja: «Bajate, nena, o pagá el pasaje»; «Tenés que reclamar en la empresa, no acá, que nos perjudicás a todos». A esto les respondí: «Ya me fui a quejar a la empresa, pero no te dan el libro de quejas; ésta es mi manera de quejarme».

No pago y no me bajo.

Y les puedo asegurar que estaba muy caliente y con mi hijo y el amiguito ahí adentro. Lo único que quería era llegar a casa, darles la leche y que estuvieran calentitos… y nada como una madre caliente al lado de su hijo.

Como siempre, también, hay gente que entiende que no da para más. Un pibe desde atrás dijo:

-Está bien, no pagues, si estos putos hacen siempre lo mismo. No pagues.

Y otra chica:

-Está bien, no te calientes, está bien lo que estás haciendo.

Imagino que como la gente estaba empezando a apoyarme y se dieron cuenta de que no lo hacía de ganas eso de armar un escándalo (y el que saltó un poquito más agresivo todavía era un hombre), el chofer arrancó, nomás.

Supongo que ni el intendente ni el secretario de Transporte se toman un 20. Sería bueno que lo hicieran, tanto en el horario de salida de las escuelas, cuando colapsa el servicio, como a media mañana, cuando los turistas van a Puerto Pañuelo y sucede lo mismo. También a la vuelta de las excursiones desde ese lugar, cuando la situación se repite y los colectiveros acostumbran no parar. Sería bueno que supieran que no falta mucho para que ocurra un grave accidente, ya sea con niños que esperan el micro sobre Bustillo más de lo necesario porque no para, como a raíz de episodios con pasajeros recalientes que quieren trompear a la cara visible de una empresa ineficiente. Y ojo: con total razón.

Así como en una familia la autoridad son los padres, en una ciudad lo es el municipio. Es éste el que tiene que ponerles los puntos a las empresas ineficientes. Y respecto de la empresa, si no desea que actitudes como no abonar el boleto se reproduzcan, sería muy oportuno que pensara cómo optimizar el servicio de los kilómetros, porque la línea 20 pasa cada 20 minutos desde hace 10 años pero en ese tiempo la población se triplicó y el servicio también es usado por los turistas que van a Campanario y Puerto Pañuelo.

 

Cintia G. Sansó

DNI 27.932.135

Bariloche


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