MEDIOMUNDO: La voz del ángel

Pasaron 8 años desde que Maxwell sacó un disco. Fue demasiado tiempo.

El que hoy es considerado uno de los mejores sino el mejor intérprete del llamado neo R&B, se mantuvo alejado del mercado por razones estrictamente personales: cuidar su alma.

Se cuenta que Maxwell es un hombre profundamente espiritual.

De manera que a pesar de haber conocido el éxito prefirió hacer una inesperada pausa en el mejor momento de su carrera.

Siguió cantando en vivo pero se mantuvo al margen de la competencia en la que no pocos perecen.

Sin ser una verdadera y tradicional estrella «pop», sus discos han vendido millones y han liderado todos los charts especializados.

Ninguna gloria le resulta desconocida.

Una década atrás llegó al punto de mayor exposición con un memorable recital unpluged para MTV. Su paso por el famoso ciclo, del cual han participado sobretodo referentes del rock y el pop, marcó la diferencia.

Dejó huella.

Allí estuvo el joven Maxwell vestido de camisa y pantalones de color uniforme y claro, peinado afroamericano y mirada super tímida, ofreciendo un concierto excepcional que puede ser considerado una obra maestra del soul y el R&B.

Como la infalible aguja de un metrónomo poseído por el talento, el cantante osciló aquella vez con vertiginosa facilidad del sonido disco (con «Sumthin sumthin» expandió y retrajo el corazón del público) a una balada delicada y entrañable interpretada con un falsete angelical.

Ciertamente después de su versión de «This woman work live» de Kate Bush, los dioses se congelaron.

Pocas veces el mundo de la música ha visto a alguien tan «cool» y que al mismo tiempo sea dueño de un talento interpretativo atravesado por la genialidad. ¿Chet Baker? Por supuesto, y no exagero.

Su baja exposición, la búsqueda de un sonido que represente de un modo perfecto su mundo interior, su natural belleza física y versatilidad actoral, todo este conjunto que podría radicarlo en el limbo donde gente como Lenny Kravitz vive tan apasiblemente, lo convierten en un artista único.

Su discografía más que moderada podría considerarse escasa: empezó con «Maxwell´s Urban Hang Suite» (1996), e inmediatamente vino el «MTV Unplugged» (1997), luego «Embrya» (1998), «Now» (2001), y finalmente, «BLACKsummers´night» (2009).

Una vez más este hijo del soul y heredero en distinta medida de gente como Prince, Marvin Gaye, Sade y Stevie Wonder, ha retornado para sorprendernos y, sobre todo, inspirarnos. Su voz es una brisa cálida acariciando nuestra piel.

Maxwell aseguró que ha venido para quedarse un tiempo entre nosotros. «BLACKsummers´night» será una trilogía que llegará a su cénit en el 2011. Mientras tanto se la puede escuchar completa en Youtube.

Después habrá que resignarse a que el muchacho de Brooklyn se pierda en el horizonte.

Te estaremos esperando, Max.

CLAUDIO ANDRADE candrade@rionegro.com.ar


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