México abre juicio a su 'guerra sucia'

En la noche del miércoles fue detenido el primer acusado por la represión ilegal a los grupos de izquierda en los años '70, el ex jefe de la inteligencia policial Miguel Nazar Haro.

MEXICO (AFP) – México empezó a saldar cuentas con la guerra sucia de los años 70 tras la aprehensión de Miguel Nazar Haro, ex alto funcionario policiaco acusado de privación ilegal de la libertad, y el único detenido a dos años de la creación de una Fiscalía especial de Desaparecidos.

El ex titular de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) fue detenido en la noche del miércoles en el sur de la ciudad de México cuando circulaba en su automóvil con su familia, tras permanecer prófugo de la justicia desde finales de 2003.

Su aprehensión fue posible una vez que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que los delitos cometidos durante la «guerra sucia» aún pueden castigarse penalmente porque las personas afectadas no han aparecido.

El ex comandante policíaco fue revisado por un médico en las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) y, tras comprobar su estado de salud, fue trasladado en un avión oficial a la ciudad de Monterrey.

Nazar Haro está acusado en concreto de la desaparición en 1974 de Jesús Piedra Ibarra, presunto miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre. «Lo único que piensa uno es esperar a ver qué pasa, porque una detención no garantiza justicia, faltan tiempo para ver qué hacen los jueces. Vamos a ver que pasa con los jueces. Todavía falta saber si la justicia en este país actúa conforme al derecho con apego estricto a la legalidad», comentó la madre de Ibarra tras la detención.

«Este señor, si bien es una pieza clave en este tablero siniestro de la represión, es una parte nada más. Falta la parte intelectual, los cerebros», sentenció, Rosario Ibarra. «¿Asesino? Fíjese que nunca he matado ni una mosca y menos a un ser humano», declaraba hace un año quien es acusado públicamente desde hace tres décadas po delitos de la guerra sucia. La detención «representa lo fundamental, que no haya impunidad en nuestro país», señaló ayer el procurador general (fiscal), Rafael Macedo de la Concha.

Durante las décadas de 1960 y 1970, grupos guerrilleros de tendencia marxista atacaron al ejército y agentes de la DFS, mediante células reducidas que operaban tanto en la capital como en zonas montañosas, en especial en el estado de Guerrero (sur).

En respuesta, el gobierno creó una estrategia antiinsurgente, mediante brigadas secretas compuestas de oficiales militares y policiales, responsables de la desaparición de al menos 275 rebeldes, según reportó la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 2001. «Guerrero (295 km al sureste de la capital) es el estado en donde se han registrado la mayoría de los casos de desaparición forzada, desde los años de la guerra sucia hasta los últimos tiempos», denunciaba a principios de diciembre Amnistía Internacional.

La sierra del estado de Guerrero era el bastión del clandestino Partido de los Pobres, fundado por Lucio Cabañas, descrito en un informe del departamento de Estado de 1972 como «el líder más importante».

En diciembre pasado la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado dio a conocer un documento de la época, en el que Isaac Tapia, un agente de la DFS, reportaba la presencia de cadáveres en Guerrero con «daños de torturas, impacto de proyectiles, desfiguro del rostro y parte del cuerpo ocasionadas por quemaduras».

«Se ha llegado a saber en forma confidencial que dichos cadáveres son de personas conectadas con los comandos de Lucio Cabañas «, añadía Tapia en su informe. El texto está dirigido a Luis de la Barreda, entonces director de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), también acusado por la desaparición de Jesús Piedra Ibarra.


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