«México apenas si perdió la inocencia»

Los protagonistas y el director de "Y tu mamá también" muestran la actualidad de su país en un filme controvertido

Buenos Aires (Télam).- El estreno en salas locales del filme mexicano «Y tu mamá también», trajo a la Argentina al director de cine Alfonso Cuarón, a su hermano Carlos, guionista, y a los actores Gael García Bernal y Diego Luna, jóvenes los cuatro y ganadores de premios en el último festival de Venecia por sus participaciones en aquella película.

Tras impactar en su debut como largometrajista con «Sólo con tu pareja», el título mexicano más taquillero de 1992 (pero inédito en la Argentina), Alfonso Cuarón marchó a Hollywood para adaptar sucesivamente a Frances Hodgson Burnett en «La princesita» y a Charles Dickens en «Grandes esperanzas» y para fundar luego dos productoras, Bésame Mucho y Anhelo, en la misma Meca del Cine.

Su hermano Carlos escribe para cine, teatro y tevé y dirigió cuatro cortos (uno de ellos, «Noche de bodas», fue al festival de Cannes), y de los dos veintiañeros actores, García Bernal es el más conocido por el público argentino, ya que encarnó al muchacho dueño de un feroz perro de riña en «Amores perros» e intervino en «Vidas privadas», ópera prima de Fito Páez como director de cine.

«Los tres personajes centrales de «Y tu mamá también» -explicó Alfonso Cuarón en charla de los cuatro mexicanos con Télam en un hotel porteño-, dos varones adolescentes y una chica, comparten un viaje que es una metáfora de la búsqueda de identidad por parte de los tres. Pero la juventud no resulta patrimonio de ellos; también es adolescente, y por tanto inmaduro, México, mi país, el cuarto personaje de la historia».

En el guión de «Y tu mamá…» que redactaron Alfonso y Carlos Cuarón, les valió el premio en su rubro en la Mostra de Venecia y ocurre meses antes de la salida del PRI (Partido Revolucionario Institucional) del poder en México tras décadas de ejercerlo, Luna es Tenoch, miembro de un hogar de clase alta, y García Bernal es su gran amigo Julio, hijo de una familia de clase media.

Durante las vacaciones de un verano que dedican al ocio y el disfrute de diversos placeres, los muchachos invitan a viajar con ellos a una solitaria playa a Luisa, española treintañera (a cargo de Maribel Verdú) que desea olvidar un desengaño amoroso y otros dolores, y al cabo de tal travesía muchas cosas habrán cambiado para los tres, y también para México.

«Cuando empezamos a escribir el guión -evocó Carlos Cuarón-, aún no se habían hecho las elecciones que destronaron al PRI. Pero no soy de los que creen que con la llegada de Vicente Fox a la presidencia, México entró en la madurez. Apenas si perdió la inocencia, como les pasa a los dos muchachos en el final de la película».

«Es que la madurez hay que ejercerla a diario -terció Luna-. Y la prueba de la madurez es acabar con el paternalismo, que es lo contrario de la democracia. Lo malo sería que en México sólo hayamos cambiado de «tata», como decimos nosotros. Porque debe quedar bien en claro que no ganó Fox en México: la sociedad civil hizo que el PRI perdiera».

Tanto énfasis de los Cuarón y sus actores en el marco político de su filme no significa que en éste la política lo sea todo: en su nivel más evidente narra con abundante humor y sexo de alto voltaje las aventuras de los muchachos y la chica, con frecuencia habladas en chilango, ese argot de la capital mexicana que los oídos ajenos tardan un poco en desentrañar.

Quienes están habituados a un cine mexicano abrumado de campesinos y mariachis se toparán acá con signos de una cultura urbana y contemporánea, aunque el viaje a la playa recóndita cruce a sus protagonistas con personajes y tradiciones del México rural y aunque los dramas de la sociedad (machismo, hipocresía, pobreza, violencia, marginación, por ejemplo) sigan siendo los mismos.

Gael García Bernal (co-receptor, con Luna, del trofeo Marcello Mastroianni al mejor actor revelación en Venecia, y en la vida real, amigo de aquél desde la infancia) reivindicó el modo en que Alfonso Cuarón extrajo de ellos dos y de Verdú sus actuaciones, que algunos creyeron fruto de una intensa improvisación.

«No hubo improvisación: hubo un trabajo tan detallado que parecía improvisación -refirió García Bernal-. Nos favoreció que el guión fuera tan libre. Como que le florecían poros por todos lados».

Cuarón sólo quiere hacer cine

Alfonso Cuarón aseguró que «Y tu mamá también» es su mejor película, pero que «La princesita» constituye su filme más personal.

A diferencia de otros cineastas no estadounidenses que son «succionados» por esa aspiradora de talentos foráneos que es Hollywood y no vuelven más a filmar al terruño, Cuarón hizo la experiencia estadounidense al consumar sendas adaptaciones de novelas escritas por autores de habla inglesa pero ahora regresó a los suyos y no para hacer cualquier cosa.

«Y tu mamá…» no sólo es un producto intransferiblemente mexicano sino también una obra rica en valores como cine al margen de las polémicas que inevitablemente despierta, sobre todo entre su público doméstico, que lo erigió en un éxito tanto en la superpoblada capital como en remotas localidades del interior.

Sin embargo, Cuarón no se siente protagonista del regreso del hijo pródigo: «Quiero hacer cine donde me dejen. Por ejemplo, mi próximo filme será una producción estadounidense. Y hay un proyecto en danza en la India».

Según Cuarón, «»Y tu mamá también» es mi mejor película. En términos de ambiciones, de contenido, de trascendencia, se entiende. Pero «La princesita» es mi filme más personal». (Télam).


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