MÉXICO VIOLENTO

El narcotráfico no hizo más que hacer estallar la decadencia que la corrupción provocó en el país, sostiene el director de cine Arriaga en el Festival de Venecia.

Venecia.- El intenso azul de sus ojos, sus casi dos metros de altura y un cráneo rapado no responden al aspecto del mexicano corriente, pero a Guillermo Arriaga se nota que México le duele.

Sus relatos o sus películas, sobre los que siempre planea la muerte, no ofrecen una mirada complaciente, ni se recrean en los aspectos amarillistas de la imagen del país que ahora da la vuelta al mundo por el letal azote de la violencia asociada al narcotráfico, un cáncer que parece incurable y que está mutilando familias en todo el país.

“Cada año diez México ha vivido momentos difíciles. Lo vivimos en 1810 cuando decidimos independizarnos; lo vivimos cuando 1910, cuando arranca la Revolución y lo estamos viviendo en el 2010, en que México se está redefiniendo como nación”, dijo hoy en entrevista con dpa en el Festival de Venecia, donde el director de “Lejos de la tierra quemada” presentaba el corto “El pozo”, muy bien recibido por la audiencia.

“En el fondo toda esta violencia no es solamente una violencia provocada por el narcotráfico sino por años de impunidad, de corrupción, de mala distribución del ingreso. La violencia del narcotráfico lo único que está haciendo es agudizar esas contradicciones profundas”, continuó.

Y en su opinión, ello no tiene que significar algo malo. “Es doloroso y es terrible, porque ha afectado a gente directamente vinculada a mí. Hemos pagado nuestra cuota de sangre en una manera muy triste, pero ojalá esto nos haga reaccionar como sociedad y darnos cuenta con qué prioridades debemos reorientarnos”.

“Creo que tiene que eliminarse definitivamente la impunidad, creo que la corrupción tiene que tener un alto y definitivamente pienso que es el momento de que nos planteemos cómo vamos a redistribuir la riqueza. No es posible, no es justo, no es humano que tantos millones de mexicanos tengan que salir al extranjero a buscar como vivir”.

El cinesta presentó hoy en el Festival de Venecia su cortometraje “El pozo”, ocho minutos de angustia que retratan con crudeza y crueldad la difícil decisión que en plena Revolución toma un abuelo coahuilense ante el dilema de un nieto que ha caído en un pozo y al que no puede rescatar.

La visión personal de las víctimas inocentes de la Revolución Mexicana no deja de ser una metáfora de lo que ocurre hoy en día con el narcotráfico, sobre todo en el norte del país, donde también está ambientada la película.

“Para entender la vida hay que entender la muerte. La muerte le da sentido a la vida”, subrayó Arriaga, cuyo metraje compone junto a otras doce aportaciones “Mi México”, una película producida por la TV Azteca para conmemorar el Bicentenario de la Independencia en México y el Centenario de la Revolución.

“Cada acto violento, cada guerra afecta a gente inocente que no tiene nada que ver. Muchos cineastas pueden hacer bromas sobre el tema porque nunca la han sufrido”, añadió el autor de escritos como “Escuadrón Guillotina”, “Un dulce olor a muerte” o “El búfalo de la noche” o el guionista de “Babel” y “Los tres entierros de Melquiades Estrada”, entre otras.

Arriaga no puede comentar su labor como miembro del jurado internacional de la selección oficial, una tarea que considera un privilegio porque su voz sea considerada importante para juzgar películas.

Además, “es un placer que te vinculen a un grupo de cineastas tan connotados y admirados como los que me rodean”, añadió Arriaga, quien no conocía antes al presidente del jurado Quentin Tarantino (”Pulp Fiction”), de quien está sorprendido por “su dulzura. Es un tipo dulce y que todo el tiempo sonríe. Muy agradable”, señaló.

El cineasta prepara en la actualidad una adaptación de la novela “The Tiger: A True Story of Vengance and Survival”, que el actor Brad Pitt quiere producir con la dirección de Darren Arofnosky, el cinesta que abrió este año el Festival de Venecia con “Black Swan”.

Sin embargo no quiere abandonar la batuta de la dirección y mientras participa en el filme colectivo “Rio, eu te amo” y hace otro corto sobre fútbol, va rumiando lo que será su próximo proyecto como director, del que no quiso adelantar nada concreto.

Por María Luz Climent Mascarell (DPA)


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