“Mi hijo nunca tuvo problemas con nadie”, dijo la mamá de Isaías

Contó que no hubo una pelea, sólo un ataque contra el chico de 15 años

MUERTE DEL ADOLESCENTE

CHIMPAY (AVM).- En un clima de intenso dolor, un humilde cortejo despidió ayer por la mañana en el cementerio de Chimpay, los restos de Isaías Railef, el adolescente de 15 años asesinado el lunes a la salida de un colegio secundario de Bariloche, de una puñalada a manos de un chico de 13 años.

La despedida fue sólo entre familiares, amigos y fieles de una iglesia evangélica, a la que concurre Silvia -la mamá de Isaías- y donde fueron velados los restos.

En esa ceremonia mínima, faltó hasta el intendente Gerardo Bravo, que según Silvia en ningún momento se acercó. Por la tarde, en la vereda de la pequeña pieza que alquila, y donde vive con sus hijos, la menuda mujer recibió a “Río Negro”.

“Mi hijo se fue a Bariloche para estudiar. Allá estaba su hermano mayor, de 21 años, que me dijo que él lo podía tener. Acá no tenía futuro, porque no hay futuro para los chicos acá”, sostuvo Silvia.

“Mi hijo salía del colegio con su novia, y un amigo, cuando pasó este chico y empezó a decirles cosas. Mi hijo se dio vuelta y le dijo que dejará de molestar cuando, sin decir nada, este chico lo agredió con un arma blanca. Cayó al piso, y la mamá de un compañero lo auxilio. Y eso fue lo que sucedió, no había ningún tema de drogas ni pelea callejera. Mi hijo nunca tuvo problemas con nadie”, agregó.

“Para mi hijo, la vida era pura risa. En Bariloche hacía un año y seis meses que estaba viviendo con su hermano. Mis hijos mayores siempre me ayudaron para darle educación a los más chicos. Tengo siete hijos y estoy orgullosa de ellos. Pasamos muchas dificultades desde que mi esposo no está, porque murió hace 6 años, no tuvimos ayuda de nadie”, sostuvo la mujer, junto a dos de sus hijas.

“Hoy eran las 10 de la mañana, y estábamos por llevar a mi hijo al cementerio y no teníamos vehículo ni nada. Fue casi una broma de mal gusto que me enviaran el auto de bomberos. A pesar de eso me mantuve firme y tranquila por mis hijos, así tuvimos que recurrir al hospital, Desde donde nos mandaron una ambulancia vieja, para poder llevar el féretro de Isaías”.

“Nadie de provincia se ha comunicado conmigo”, se quejó. “No me puedo acercar a la familia del agresor. Sólo hablé con la directora y docentes, y les dije que ellos deberían haber estado viendo lo que pasaba. Cómo no se van a dar cuenta lo que les pasa a los chicos, pasan horas con ellos”.

“Para mi hijo, la vida era pura risa”, le dijo luego la mamá de Isaías a “Río Negro”.


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