Entrenan a pingüinos para determinar qué escuchan bajo el agua

Estas aves pasan la mayor parte de su vida en un medio líquido, donde están sometidos a cada vez más ruidos. Un grupo de biólogos marinos de Alemania y Dinamarca investigan ahora qué tipo de sonidos escuchan.

Entrenan a pingüinos para determinar qué escuchan bajo el agua

En una de las instalaciones en el Ozeaneum Stralsund, que pertenece al Museo Oceanográfico Alemán, hay cuatro ejemplares jóvenes protegidos del resto de la población. Desde hace aproximadamente cuatro semanas estos pingüinos aprenden de forma gradual a reaccionar ante determinados estímulos.

El pequeño pingüino de Humboldt parece ser un alumno ejemplar. Durante cuatro segundos toca un tablero de colores con su pico. De su aleta derecha cuelga un cable amarillo. A cambio, recibe como recompensa un pescado de la mano de la cuidadora Anne May.

Con este entrenamiento, los científicos alemanes y daneses esperan determinar la capacidad auditiva de los pingüinos. El objetivo es que puedan indicar más tarde si han escuchado una señal auditiva transmitida en tierra o en el agua.

La cuidadora entrena a un pequeño pingüino de Humboldt.

Debido a la utilización económica cada vez mayor de los océanos, el ruido subacuático generado por el ser humano ha aumentado enormemente en las últimas décadas. Las hélices de los barcos que generan un zumbido permanente, los anclajes para las plataformas de perforación, las turbinas de viento que se introducen en el lecho marino y los recursos minerales que se extraen en el fondo de los océanos son algunos ejemplos.

“El problema del ruido es tan importante para los animales en los océanos como el problema de la basura, pero todavía no está tan extendido en la opinión pública”, asegura el director del Museo Marítimo Alemán, Harald Benke.

Hasta el momento, se desconoce si el ruido submarino tiene un impacto en la audición de los pingüinos o si irrita a los animales en sus migraciones a través de los océanos. Los investigadores solo saben en parte en qué rango de frecuencia y en qué volúmenes oyen estas aves.

Excepto por un estudio realizado en Nueva Zelanda en 1969 sobre la audición de pingüinos africanos en tierra, hasta el momento no hay casi ninguna investigación científica sobre el tema, señala el jefe del proyecto de investigación, el biólogo marino alemán Michael Dähne.

El biólogo marino Michael Dähne es jefe del proyecto de investigación.

“Con el fin de poder hacer en el futuro un pronóstico sobre los efectos del sonido subacuático en los pingüinos es necesario recabar primero algunos datos básicos”, explica el científico el rumbo de las investigaciones.

Durante los tres años que dura el proyecto de investigación, los biólogos marinos quieren desarrollar audiogramas para varias especies de pingüinos. Las aves no van a un laboratorio de sonido, sino que son llevados a cámaras especiales en tierra y bajo el agua que transmiten diferentes sonidos y señales.

Además del Museo Marítimo Alemán participan del proyecto la Universidad Danesa del Sur de Odense, el Centro de Ciencias Marinas de la Universidad de Rostock y el Museo de Historia Natural de Berlín.

“Al igual que todas las aves, los pingüinos no tienen oído externo. En comparación con los mamíferos, las aves no tienen tres osículos auditivos sino solo uno”, señala Dähne.

Durante el entrenamiento auditivo, el pingüino toca con su pico un tablero de colores. A cambio, recibe un pescado como recompensa.

Las ondas de sonido también se propagan a diferentes velocidades en el aire y en el agua. Por lo tanto, también se puede suponer que los pingüinos perciben los estímulos acústicos de forma diferente en la tierra y en el agua. Y esto es lo que se pretende demostrar con esta investigación.

Para las pruebas auditivas se están entrenando paralelamente a los pingüinos de Humboldt en Stralsund y a pingüinos de asno, pingüinos de penacho amarillo y pingüinos rey en la ciudad danesa de Odense.

“Prácticamente no hay experiencia anteriores”, afirma Dähne. “La curva de aprendizaje muestra un fuerte ascenso entre los pingüinos de Humboldt”, cuenta May y mientras habla, sus protegidos se le acercan y estiran su cuello sin temor.

May sin embargo no puede juzgar si este comportamiento es una señal de inteligencia. “No hay que confundir falta de timidez con inteligencia”, asegura.

Fuente: DPA


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