Monogamia en el reino animal, ¿fórmula genética?

Científicos reconstruyeron la evolución de diez especies de vertebrados, entre ellas algunas de ranas, peces y pájaros, en un período de 450 millones de años con resultados muy interesantes.

Monogamia en el reino animal, ¿fórmula genética?

Una “fórmula genética” puede ser la base de la monogamia en el reino animal e incluso transformar en monógamas a las especies que no lo son, aseguró una investigación publicada en una revista científica.

Coordinados por la bióloga Rebecca Young, un equipo de científicos reconstruyó la evolución de diez especies de vertebrados, entre ellas algunas de ranas, peces y pájaros, en un período de 450 millones de años.

Luego halló que si bien sus bases neuronales y moleculares todavía son poco claras, estudios precedentes indicaron que en los vertebrados la monogamia apareció varias veces en el curso de la evolución para facilitar la supervivencia de las nuevas generaciones. Estos resultados fueron revelados en una investigación de la Universidad de Austin, Texas, publicada hace unos días en la revista de la Academia de Ciencias Estadounidense.

El equipo consideró “monógamos” a los animales que crean un vínculo de pareja estable, al menos durante el desarrollo de la estación de apareamiento. En las especies monógamas el cuidado parental es compartido entre el macho y la hembra, a diferencia de aquellas no monógamas, donde en general es la hembra la que desarrolla esta tarea.

Los científicos advirtieron que cada vez que en la historia evolutiva de diversas especies aparecía la monogamia correspondía a cambios precisos en la expresión de 24 genes involucrados en el desarrollo cerebral: desde los circuitos de la memoria a los procesos cognitivos y de aprendizaje. Estas mutaciones genéticas, por otra parte, siempre eran similares, incluso en el arco de un período evolutivo extenso, equivalente a 450 millones de años, como si respondiesen a una fórmula genética común.

En las especies que se convirtieron en monógamas, los genes relacionados con varios tipos de funciones cognitivas, incluido el desarrollo neuronal, la actividad sináptica y la memoria, mostraron una expresión mayor, mientras que otros genes relacionados con la trascripción de genes se regularon negativamente. “Estas diferencias podrían indicar un aumento de la plasticidad neural ante una regulación transcripcional más estricta en los machos monógamos”, destacó la investigación.

En el caso de los seres humanos no se sabe a ciencia cierta si el comportamiento sexual y de pareja se rige por los mismos patrones de expresión de genes neuronales compartidos. Hans Hofmann, el investigador principal del estudio reveló que determinar eso le corresponderá a futuras investigaciones ya que es demasiado pronto para saber con certeza si este patrón compartido es verdaderamente universal.

Fuente: Télam


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios