El largo camino recorrido por Colas Felices

La organización dedicada al rescate de perros de la calle es una de las más importantes de General Roca. Su mentora aboga por la unidad de las personas y entidades proteccionistas para potenciar los recursos.

El largo camino recorrido por Colas Felices

Cristina Agüero es una rescatista de General Roca que mantiene más de 50 perros en la zona de la costa del río Negro, además de otros casos de urgencia que surgen a diario. A fuerza de puro pulmón y buena voluntad dirige Colas Felices, una de las asociaciones más importantes de la ciudad y apuesta a la unidad de todas las proteccionistas.

“Colas felices” nació hace 8 años con una perra que estaba en la costa con una debilidad espantosa, tenía dueño pero no sabían cómo tratarla. Ahí nació la idea de agruparse en una asociación para ayudar a los perros de la calle” -relata la proteccionista y continúa – en su momento éramos 15 personas, muchos se fueron, y otros se sumaron, ahora somos menos”.

Sus demás integrantes y colaboradores son Iván Anabalón, Gladys Escales, Mario Albornoz, Nahuel Soto, Julieta Bustos, Juan Carlos Dinamarca, Anahí Soto, Fernanda Soler, Susana Soto y Amanda Giménez.

“En estos momentos ayudamos a los que no tienen familia. Pedimos colaboración para asistir a los perros de la calle con análisis, estudios, medicinas, guarderías; es una tarea de todos” comenta Agüero y afirma “si tengo una expresión de deseos es que tanta gente que trabaja de forma independiente con los animales abandonados, que se unan, se junten, se sumen a una agrupación”, enfatiza la proteccionista.

Cristina explica que en la costa del río Negro en Roca, hay muchos perros abandonados. En estos momentos mantiene aproximadamente 50 perros que están distribuidos en distintos hogares, a los que ayuda con toda la alimentación y los medicamentos.

“Tenemos tantas historias lindas para contar y con la satisfacción de que jamás nos devolvieron uno de los perros que damos -aclara -. Cuando entregamos un perro en adopción, pedimos y revisamos para que se vaya al mejor hogar, insistimos en la tenencia responsable con el formulario del municipio y trabajamos el tema de la concientización”, comenta la mujer.

“Hacemos el control de la casa donde haya responsabilidad con el miembro nuevo que integrará la familia”.

De lo que se trata -según explica- es sencillamente de tomar las precauciones necesarias. Por ejemplo, ver que el patio esté cerrado, que no haya peligros ni de escapes, ni otros elementos adversos que puedan producirles cortes o lastimaduras.

“Después, recién ahí se da en adopción” -dice Cristina- y enfatiza que “esto es en resguardo del animal. Queremos que el perro se vaya a su mejor hogar”.

“El perro se va desparasitado, y si tiene más de seis meses se entrega castrado” -concluye Cristina- quien asimismo enfatiza y llama a la valoración de la “castración gratuita” por parte del municipio.

En Colas Felices, además de la colaboración que prestan sus miembros también se organizan cenas shows en el Casino y con el aporte de lo recaudado se solventan gastos, no sólo de alimento sino de medicamentos y estudios veterinarios, cirugías y todo lo que conlleva la tarea.

Facebook “Colas Felices”

“Linda”, ese golpe al corazón y la imagen de la agrupación…

Esta es Linda, la perra cuya historia triste, pero también esperanzadora, terminó dando su imagen para representar a la organización.

Datos

Cristina se prepara cómoda para contar la conmovedora vivencia que dio origen a la tarea de la entidad.
“Linda era una perra muy particular, salvaje, tamaño mediano, arisca, desconfiada de las manos del hombre… Es la que actualmente lleva el rostro del logo de Colas, la página que nos representa” -dice la mujer.
“Tuvo sus tiempos, los cuales respeté y cada vez me permitía aproximarme. Pude tratarla de tal manera que logré acercarme cada vez que ella me permitía una caricia y respetando sus tiempos”.
“Me robaba un pedazo de mi corazón cada día y ansiosa acudía a verla. Cada posibilidad de amor que le daba, también le robaba su corazón de a pedacitos. Eran encuentros en cuotas de amor. Varias veces desaparecía y aparecía. Su desconfianza al humano era tal que el tiempo se hacía interminable para desnudar su confianza”.
“Su presencia inquieta mantenía a todos atentos. Sin embargo, ablandado su comportamiento hacia las personas, logramos agarrarla para su castración; igual volví a llevarla a su lugar para no hacerla sufrir. Después de mucho tiempo que llevó la relación entre ambas, esa tarde volví a casa pensante”, -comenta y se conmueve-.
“Dije: esta perra yo me la traigo, tiene ángel, tiene amor, ¡la quiero, la amo!”.
La adopcion que no fue
Su mirada hacia el infinito destella emociones y atenta a la historia -sigue-. “Había decidido adoptarla. Había decidido que Linda sería parte de mi vida, de mi hogar, de mi familia…”
“Me acosté con la certeza de que nada separaría ese amor: el más puro, el más noble para un ser humano. Dormí pensando en ella, contenta y expectante a la vez. Soñando con su bienestar: jugueteando, masticando un hueso, saltando, disfrutando de un hogar”.
La partida de Linda
Pero la vida no lo quiso así. Esa noche sucedió algo muy doloroso -comenta Cristina con la voz entrecortada-. “Hubo un incendio donde ella estaba. Ante la desesperación de la gente, entre bomberos y vecinos Linda murió bajo las ruedas de un automóvil”, prosigue con voz quebrada.
Y reflexiona: “Para algunos es una simple historia. Para aquellos que entienden del amor a los animales y su conexión entre los que respetamos y amamos, sabrán de qué estoy hablando”, concluye Cristina.
Bajando la mirada, acaricia una de sus perras pegada a su falda, como si Linda estuviese en ese lugar, desprende incontenibles lágrimas. Suspira. Respira hondo y concluye:
“Linda vive en mi corazón. En ese sueño hermoso que tuve para ella, donde corretea feliz, con su lengua flameante expresando su felicidad”.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios