Lejos de toda polémica, las ventajas de adoptar un perro mestizo

Un comerciante del ramo mascotas habla con conocimiento de causa. Para tener en cuenta antes de decidirse.

Lejos de toda polémica, las ventajas de adoptar un perro mestizo

Un comerciante del ramo mascotas habla con conocimiento de causa. Para tener en cuenta antes de decidirse.

Fidelidad y agradecimiento ante todo, pero también la ventaja de un bajo gasto de mantenimiento y menos visitas al veterinario es lo esperable después de hacer, además, la buena obra de adoptar un perro mestizo.

Todos esos aspectos destacables son también la premisa con la que una ong de Neuquén viene realizando los domingos ferias de adopción de cachorros en el Paseo de la Costa. Su realización se anuncia por facebook y los interesados pueden acudir a conocer los perritos.

“La gran mayoría de la gente que adopta son parejas jóvenes y en el ciento por ciento de los casos fueron familias con nenes chicos. Los que llevan a los padres a los perritos son los niños, de no más de 11 o 10 años”. Quien así se expresa es Franco Maiolo, un joven empresario del ramo mascotas que encarna junto con su hermano a la tercera generación de un apellido que supo fundar un comercio pionero, allá por los años sesenta, dedicado al principio al rubro vivero y fertilizantes.

La aludida organización se llama Perros Perdidos -explica Franco- y añade que “lo que estamos tratando es de poner de moda a los mestizos, es una tendencia que hoy se está aplicando muchísimo. Sé que varios famosos están tratando de hacerlo actualmente”.

P. ¿Por qué?

R. “Primero que nada, el perro callejero es un gran problema social que estamos teniendo. La gran indiferencia que hay en la gente es lo que genera esto. No es la mayoría, pero afecta como si lo fuera. Compran un perro porque tienen un nene chiquito, porque tienen un capricho, una deuda pendiente con ellos mismos o lo que fuera… eso no es reprochable. El perro crece, se hace grande, no queda lindo como era de cachorro y terminan abandonándolo o dejándolo en un refugio. No sé cómo explicártelo que no quede agresivo pero ninguna de las dos formas está bien. Lo que uno debería hacer, si ya no quiere un animal, es ponerse en campaña y buscar un nuevo dueño, no cederle el problema a la otra persona”.

Respecto de las ferias de adopción Franco explica que “la gente que tiene cachorros para dar los lleva, los exhibe y se dan en adopción. El adoptante lo que debe hacer es completar una planilla con todos sus datos para que desde la ong se pueda monitorear la marcha del proceso”.

P. ¿Se entregan castrados?

R. “No, porque la mayoría son muy chiquitos, desde 45 días. No se puede a una edad tan temprana”.

R. ¿No sería mejor darlos castrados?

P. “Sí, pero ya sería un perro de 8 meses que estarías entregando, ya grande, con hábitos y acostumbrado a cierta gente. Lo que se pide (al adoptante) es el compromiso de castración. Se ceden vacunados y desparasitados. No es caro esterilizarlos. Va de 2.000 a 2.700 o 3.000 pesos y son operaciones seguras con un riesgo bajísimo.

Franco Maiolo es consciente de que los perros callejeros son un problema social.

“Hemos hecho una publicación en facebook en la página del negocio, que tuvo mucha repercusión entre la gente. Tomamos fotos con cámaras profesionales y armamos la publicación donde comentamos más o menos qué perritos va haber disponibles”.

El refugio en Centenario

Franco también colabora en forma activa con un refugio de Centenario que se llama San Roque. Lo que sucede allí -cuenta- es que “muchas veces les cae gente con un animal y les dice ‘no lo puedo tener más en mi casa’ y uno mira para atrás y en el refugio ya hay 90 perros y tampoco entran más”.

“Lo que se busca es que haya cada vez menos y la gente lamentablemente no entiende eso. Entiende la palabra refugio como si el eslogan fuera: ‘recibimos la mascota que vos ya no querés’. Y no es así. La responsabilidad es de uno y uno debe asumirla de forma completa e íntegra”, reflexiona el joven.

También está el problema de la indiferencia de la gente con el “pobre perro callejero o la perra, que entra en celo y uno ve la jauría de 8 o 10 perros detrás de ella y nadie la castra”.

“Nosotros lo que hacemos son campañas activas de castración; siempre que vemos una hembra suelta se la castra, si no puede volver al refugio o no puede estar allí, lamentablemente va a volver a la calle pero ya castrada al menos”.

“Cuando ellas (desde el refugio) detectan un caso así, la levantan de la calle, se fijan si la pueden ubicar. Lamentablemente es tan grande el número que se complica muchísimo. Son cinco chicas, ninguna se dedica de lleno, todas tienen su trabajo particular y lo hacen voluntariamente. No dan abasto, destinan gran parte de su sueldo al refugio y no hay nada a cambio”.

P. ¿Cómo colaboran con ellos?

R. “Al tener cuatro puntos (de venta) en la ciudad, la gente pregunta por perros para adoptar y los mandamos directamente para allá. Les hemos brindado una gran cantidad de adopciones y alimento, siempre de forma anónima, porque no es nuestra forma de hacer publicidad”.

La última feria de adopción se hizo el domingo 11.

Por qué un mestizo

Con mucho cuidado de no tomar partido por ninguno de los extremos, que suelen ser polémicos, Franco aboga porque se elijan perros mestizos para incorporar a la familia.

P. ¿Cuáles serían los puntos a favor?

R. “El principal es que mientras uno está gastando plata, invirtiendo en un perro de raza que no es necesario, hay un montonazo sin hogar que termina muriéndose de calor o de frío. Son perritos (los cachorros abandonados) de 30 días, no pueden conseguir su propia agua o comida”.

P. ¿Qué aspectos convenientes o agradables hay en un mestizo frente al de raza?

R. “Hay una gran disputa entre las dos posturas. Como en todo ninguno está de acuerdo con el otro. El consejo se le podría dar a quien se mantiene neutro porque la confrontación es enorme y tratamos de estar alejados de esos extremos”.

“Primero que nada la diferencia de precio. Cero contra mil como mínimo. Los precios parten desde 800 o 1.000 pesos por un caniche; después 3.000 o 4.000 pesos en los tipo yorkshire terrier; luego entre 7.000 y 8.000 los jack russell; 12.000 y 13.000 ovejeros, dogos. Y por encima de los 20.000 pesos, los bulldog franceses o ingleses”.

“Y el mantenimiento del mestizo es sumamente bajo y si al perro mestizo te lo entregan sano, tiene la salud garantizada. Es muy difícil que se enferme. Vas a ir mucho menos al veterinario”.

El otro beneficio y tal vez el más gratificante, redondea Franco, “es la fidelidad y el agradecimiento de esos perros que es impresionante”.


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