¿Por qué los chicos deben tener una mascota?

Mejora la calidad de vida de todo ser humano, aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general, entre otros.

¿Por qué los chicos deben tener una mascota?

Los beneficios que aporta una mascota a los niños son innumerables. En general, la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano, aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general.

Pero en los niños juega un rol aún más importante, porque también contribuye en el desarrollo educativo y social, ya que los obliga a asumir responsabilidades, aumenta su autoestima y, en la mayoría de los casos, mejora la integración de la familia.

Además, los animales fomentan la responsabilidad y el respeto a los demás, desarrollan la capacidad de cuidar de alguien y también provocan sentimientos de competencia y seguridad, dos sentidos a desarrollar en el ciclo de la vida para conseguir un correcto equilibrio emocional del niño.

¿Qué responsabilidades puede asumir un niño con su mascota?

Podemos adaptar las responsabilidades de los niños en función de su edad. Los más pequeños pueden encargarse a diario que los animales tengan agua limpia, darles su comida, cepillarlos y lavarlos. A medida que sean mayores pueden ayudar en sus paseos y asumir otras responsabilidades.

La alegría del hogar

Está demostrado que las personas que en la niñez han tenido contacto con una mascota encuentran menos dificultades para mantener una relación interpersonal positiva. La relación con las mascotas ejerce pues de estabilizador de la experiencia y de la conducta infantil, contribuye a fomentar la alegría y a eliminar la tristeza y las sensaciones de amenaza. Asimismo, en el trato con los animales aprendemos muchas cosas de manera natural y sin constantes explicaciones, pero con una elevada motivación.

Además, para uno de cada dos niños el animal es percibido como la principal fuente de apoyo emocional después de los padres. Los lazos afectivos con el animal de compañía ayudan a superar la sensación de miedo o tristeza, pues el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para abrazarle y encontrar alivio en estas situaciones. Este comportamiento se repite cuando al niño se le presenta un problema, ya que busca a su mascota como fuente de consuelo en la misma medida que a sus padres.

Fuente: Agencias


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