Minimizan denuncia de abusos
BAGDAD (Télam-SNI).- El gobierno iraquí calificó ayer de «exageradas» las denuncias de torturas a detenidos en una cárcel secreta del Ministerio del Interior en Bagdad y dijo que al parecer hubo sólo cinco o siete casos de maltratos, en el marco de un escándalo que generó una amplia condena mundial. «Rechazo la tortura y castigaré a aquellos que la practican. Pero nadie fue decapitado, nadie fue asesinado», minimizó el ministro del Interior, Bayan Jabr, en conferencia de prensa en Bagdad convocada para dar explicaciones por los hechos.
La prisión, allanada el domingo pasado por fuerzas estadounidenses que descubrieron en el lugar a 173 presos sin comida, agua ni atención médica, era una cárcel oficial para «los terroristas más criminales» del país, aseguró Jabr.
Jabr dijo que sólo hubo entre cinco y siete casos de abusos sobre el total de detenidos en esa cárcel de Bagdad, y agregó que «aquellos responsables rendirán cuentas». Pero también señaló que «hubo mucha exageración sobre este asunto», y en una incomprensible justificación insistió en que los detenidos «son criminales y terroristas». El ministro también negó que todos los presos fueran miembros de la minoritaria comunidad sunnita iraquí, y dijo que entre los detenidos había un chiíta acusado de un atentado que mató a 66 personas. Tras afirmar que la mayoría de los detenidos eran sunnitas, líderes de esa comunidad iraquí pidieron una investigación internacional sobre el caso, el último escándalo de abusos conocido en Irak.
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