Ministra de Educación rionegrina: “Puede que haya que modificar el calendario”

Mercedes Jara, desde la cuarentena, responde las preguntas de "Río Negro" en relación a la continuidad de la educación con los niños recluidos en sus casas, el papel de la familia y los recursos que el Estado ya instrumentó o está intentando implementar mientras dure esta emergencia.

P- Entiendo que la situación actual es un gran interrogante incluso para las máximas autoridades de la provincia pero justamente la educación es un servicio que no hace bien que se detenga. ¿Cuántos estudiantes tiene el sistema educativo rionegrino en total?
R-
Aproximadamente 230.000 estudiantes en todos los niveles públicos y privados.

P- ¿Cuántos días alcanzaron a tener de clases antes que se suspendieran?
R-
Dos semanas de clases tuvimos y las escuelas de período abril un poco más porque empezaron el 10 de febrero.

P- ¿Qué sistema o herramienta se ha dispuesto para que los estudiantes sigan en sus casas con lo que se pueda hacer?
R-
Los docentes han diseñado distintas estrategias para comunicarse con sus estudiantes usando desde whatsapp, bloggs, armando cuadernillos, dejando tareas en la fotocopiadora. Han buscado múltiples estrategias para llegar. En nivel inicial, con niños pequeños de 3, 4 y 5 años he visto que las maestras están armando videos para subir en youtube porque s muy importante el contacto visual. Los docentes han intentado no perder el vínculo con los estudiantes y cómo llegar sin el cara a cara en estos ámbitos diferentes.

P- ¿O sea que cada maestro con sus alumnos, cada profesora con los suyos, establecieron un vínculo virtual pero personal; no es algo que esté institucionalizado, como una plataforma o una red común interna?
R-
En principio estamos trabajando de esa manera, que el vínculo lo tenga el docente con su comunidad educativa. Nosotros vamos a empezar ya organizándonos en la plataforma virtual donde los directivos, los supervisores y los docentes puedan trabajar ellos en aulas virtuales como para poder determinar los contenidos, armar secuencias didácticas, compartir recursos y de esa manera ir organizando la tarea a los estudiantes. Vimos que la forma de la comunicación, como es tan diversa, y muchos docentes ya la tienen y la están probando, nos pareció importante que ellos mantengan ese tipo de comunicación. En principio, la plataforma la vamos a usar fundamentalmente para que todos los docentes estén comunicados entre sí y podamos pensar en líneas de trabajo comunes para los distintos, grados, comunidades y niveles del sistema.

P- ¿Esa plataforma se está construyendo?
R-
Sí, la estamos construyendo. Tenemos un campus virtual importante porque lo teníamos ya para el Plan nacional de formación permanente, así que vamos a usar esa estructura y la estamos armando para ponerla en funcionamiento y de esa manera poder empezar a trabajar de manera más consensuada y regular. Ir viendo cuáles son las dificultades que se van presentando porque el gran desafío es que antes uno pensaba en el grupo y en la clase y después iba mirando las individualidades y ahora es al revés. Una tiene que pensar en cada uno de los chicos y cómo eso también lo tiene que mirar en una manera grupal. Entonces es como que se invierten las relaciones que se establecen dentro de esta nueva forma de pensar la enseñanza.

P- ¿Esa plataforma, cómo se llama y cuándo comenzaría?
R-
Desde la página del Ministerio de Derechos Humanos; ahí ya tenemos abiertas dos pestañas. La primera que se llama “La escuela te cuida” tiene que ver con todo lo que es la prevención del coronavirus y por el otro lado tenemos una que dice “Seguimos aprendiendo” y ahí hay indicaciones para los docentes de los distintos ciclos y modalidades y desde ahí se va a acceder a la plataforma virtual que en este momento estamos en el proceso de carga de datos.

P- Con esta nueva forma ¿cómo tienen pensado controlar la “asistencia” y evaluar el progreso académico de los chicos? A su vez, cómo pueden los padres también -porque antes sabían que el chico iba a la escuela y volvía, o sea que el horario estaba cumplido y podían ver qué tareas le daban, ¿ahora cómo se puede hacer eso?
R-
Esos son los grandes desafíos que tenemos en relación al tema; la verdad es que “asistencia es algo que no vamos a poder acreditar; simplemente vamos ver cómo los chicos resuelven la tarea, e ir haciendo retroalimentación de ese trabajo, viendo cuáles son los mecanismos de ida y vuelta que se pueden establecer. Tenemos que cambiar ahora, fundamentalmente. Y por supuesto que intervienen otros factores porque acá van a ser los padres, las madres, el hermano mayor, el tío… Quienes estén en la casa van a ser también parte de ese proceso de aprendizaje de los chicos y van poder ir viendo cómo evolucionan. Hay muchas mamás que a las maestras les preguntan cosas porque no les es claro o porque no los pueden ayudar del todo… Entonces, en vez de preguntar los chicos, que empiecen a preguntar los padres ¿no? Creo que es un momento de mucho desafío en la escuela tal cual la conocemos hoy. La vamos a tener que reinventar de alguna manera. Tenemos que empezar a buscar cuáles son esos mecanismos que puedan ir dando cuenta de los procesos de aprendizaje de los chicos. No sabemos cuándo vamos a volver; por eso es importante el tema de lograr cierto consenso de los contenidos que vamos a dar, los ejes que vamos a ir abordando. Nos va a ir dando cierta posibilidad de ir haciendo un monitoreo de cómo progresan los aprendizajes de los chicos e ir cada vez complejizando más el proceso de enseñanza y aprendizaje. Tenemos que reinventar una forma. Capaz que no es la asistencia pero sí de cómo el chico entrega los trabajos o cómo exploramos distintas formas de llevar a cabo un proyecto, una situación problemática, una investigación todo dependiendo por supuesto de los niveles y modalidades. Tenemos niñas y niños de 3 años, adultos mayores, chicos en las escuelas especiales y vamos a tener ahí el seguimiento pedagógico y didáctico con esos chicos en situación de discapacidad. Realmente es bastante complejo y por eso nos parece más importante que los docentes se encuentren en un espacio común para discutir este tipo de cosas y pensar estas estrategias. Seguramente, una vez que ya tengamos en funcionamiento ahí vamos a ir diseñando los mecanismos para hacer los procesos evaluativos y de acreditación de saberes.

P- Para esta nueva forma de relacionarse, a la distancia, entre el estudiante y su maestro o su profesor, debe ser indispensable que unos y otros tengan internet o por lo menos celular o incluso una PC en sus casas. ¿Qué pasa con los que no, en especial en el medio rural?
R-
Por eso digo hay distintos mecanismos. Hay gente que pudo hacerlo con el celular porque tenía un grupo de wsp, hay otros que lo pueden resolver vía internet y la plataforma y otros, -por ejemplo en la ruralidad dispersa- donde están trabajando con la posibilidad de elaborar cuadernillos. Los docentes están trabajando ya en pensar programas radiales para llegar sobre todo a la población dispersa. La televisión pública ha puesto programas a la mañana y a la tarde, también a eso ha adherido Canal 10, así que también contamos con eso. Tenemos que llegar a la población de diferentes maneras porque no todos están en los centros urbanos, no todos tienen la posibilidad de una PC ni la posibilidad de encontrar el lugar. Tenemos que trabajar también mucho con los papás, dar sugerencias de armar rutinas, de poner horarios, de buscarle a los chicos cierta organización familiar. A todos nos pasó, tenemos que empezar a organizar los ámbitos del hogar de diferentes maneras. Nos encontramos en una situación inédita que nos hace tener que repensarnos, tenemos la profesión y los mecanismos para hacerlo. Ahora nos falta cómo lo vamos resolviendo y seguramente va a ser un día a día, de ir encontrando cada vez más herramientas.
A nivel nacional se imprimieron cuadernillos para llegar a las poblaciones rurales dispersas o incluso a las poblaciones urbanas que sabemos que no pueden acceder a internet. Así que también están haciendo publicaciones y nos pidieron colaboración para hacer lugares de reparto de esos materiales. Tenemos que instrumentar cómo lo hacemos.

P- ¿Esos cuadernillos los van a buscar a las escuelas los padres o los adultos responsables?
R-
Todavía vemos cómo vamos a hacerlo, en algunos casos calculo que va a ser la escuela el centro de distribución. Veremos, en algunos casos como ahora estamos trabajando con los módulos alimentarios estamos buscando distintas estrategias. Veremos si no será el propio transporte escolar el que lleve a las familias en algunos lugares de chacra o en la zona de línea Sur. Estamos viendo cada día y evaluando la situación de cada comunidad y tratando de buscar una respuesta posible.

P- O sea que el reparto de los cuadernillos todavía no empezó.
R-
No, imaginate que estamos a una semana de la suspensión de clases y este cuadernillo se empezó a imprimir después de la reunión de ministros en Buenos Aires y ellos ya empezaron a prever la publicación de estos materiales. En la provincia, los docentes sí han hecho cuadernillos para sus estudiantes y los han dejado en fotocopiadoras para que los padres los puedan retirar sobre todo en escuelas donde sabemos que su radio es cercano, por lo menos hasta la semana pasada (antes de la cuarentena obligatoria)

P- De extenderse la suspensión, cosa que ya se ha dejado traslucir, ¿cómo sigue esto? En algún momento se va a volver y ¿cómo se va a acreditar el conocimiento que los estudiantes supuestamente recibieron?
R-
En este momento me parece que hay que empezar a generar estos mecanismos de posibilidad de retroalimentación, cosa que los docentes puedan ir viendo cómo van realizando sus aprendizajes. Y creo que evidentemente cuando se vuelva a la escuela y podamos encontrarnos nuevamente en el cara a cara seguramente iremos evaluando cómo fueron. Primero ir haciéndolo, en la medida de lo posible en la virtualidad y con esta retroalimentación que los docentes vayan viendo cómo van progresando los estudiantes. Y por otro lado, cuando se vuelva seguramente va haber todo un proceso de ver cómo fue, qué hizo cada chico y empezar a ver cómo podemos acreditar saberes. Vamos a tener un tiempo de acomodarnos, de reencontrarnos y en función de eso ver que haya una acreditación de saberes, cómo se va manejar, porque puede que en algún momento haya que modificar el calendario escolar. No sabemos cuándo volvemos ni de qué manera, por lo tanto se podrán ir haciendo previsiones pero las presiones que tenemos en principío hoy: mantener la comunicación con los chicos, la segunda cosa encontrarnos los docentes para poder discutir y armar líneas comunes de trabajo y en función de eso tener mayores herramientas para continuar los procesos de aprendizaje, de evaluación y de acreditación.

P- ¿El gremio Unter le hizo alguna propuesta de cuál sería su aporte para los estudiantes en esta situación?
R-
Sí. He compartido esta mirada con el gremio y estamos si no trabajando en forma conjunta, sí en diálogo permanente. Hasta ahora yo les he ido contando cómo hemos pensado continuar y les parece bien, así que estamos en ese diálogo permanente, en un ida y vuelta y ellos también han puesto una plataforma a disposición de los docentes, fundamentalmente con recursos didácticos, que los docentes tengan herramientas para pensar otra forma de realizar las propuestas de enseñanza.

P- Con una mano en el corazón, ¿considera que este es un año perdido?
R-
De ninguna manera, es un año de desafíos que nos pone en otro lugar, que nos va a generar otras formas de pensar la escuela y la enseñanza, que nos va a encontrar mucho más fortalecidos cuando volvamos. Me parece que de ninguna manera lo pienso como una pérdida sino como la oportunidad de pensar la escuela desde otro lugar y pensar que cada niño tiene el derecho de seguir siendo educado y nosotros de esta manera lo tenemos que garantizar. Nos corresponde en este momento como ciudadanas y ciudadanos. Por supuesto que el tema de la salud es una cosa primordial y por eso nos tenemos que cuidar y seguir todas las cuestiones que nos marcan desde el “quedate en casa” y asumir este aislamiento que es bastante difícil. Pero para nada es un año perdido. Seguramente en estos meses encontraremos a más de una familia reinventándose, encontrando las posibilidades con sus hijos e hijas y los docentes también encontrando otras maneras de hacer escuela, que cada día sea un día de clases. Eso es lo que tenemos que ir logrando.

P- ¿Algo más?
R- Fundamentalmente pensar que esto no nos puede paralizar ni pensar de que el año está perdido, al contrario. Tenemos que buscar la manera de que sea un año diferente con lo que nos toca vivir pero que realmente nos encuentre desde otro lugar, compartiendo la educación y el derecho a educar. Otra cosa para destacar es que las escuelas públicas que han recibido equipamiento 3D están trabajando en la elaboración de mascarillas, en las escuelas de orientación en química están haciendo alcohol en gel. Es decir que cada uno también es un actor del proceso de enseñanza y aprendizaje, cada uno desde su lugar está acompañando y poniendo su granito de arena. Las instituciones no están quietas, los docentes tampoco, a pesar de que están en sus casas pero están trabajando mucho para llevar esto adelante. Están comprometidos con cada chica y con cada chico para que sigan aprendiendo. Para mí es una oportunidad y un desafío.


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