Misterioso asesinato de un sindicalista opositor

Investigaban su obra social en la mafia de los medicamentos.

DyN

Roberto Rodríguez fue secuestrado de un club y luego ultimado de un tiro en la cabeza.

Roberto Roger Rodríguez, tesorero del Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM) y presidente de la obra social del gremio, involucrada en el caso de la “mafia de los medicamentos”, fue secuestrado y ejecutado con un balazo en la cabeza, y los investigadores buscan establecer las razones del asesinato sobre el que manejan varias hipótesis, desde un crimen mafioso hasta una venganza personal.

Rodríguez manejaba el dinero del Sindicato de Maestranza -que tiene unos 25 mil afiliados- y presidía la obra social de ese gremio, con 45 mil beneficiarios.

Precisamente, la sede de la obra social, ubicada sobre la avenida Caseros al 3300, fue allanada en diciembre pasado en el marco de la causa de la “mafia de los medicamentos”, que sigue el juez Norberto Oyarbide y que analiza operaciones de la Superintendencia de Servicios de Salud y de la Administración de Programas Especiales (APE).

El gremio, además, pertenece a la CGT Azul y Blanca -antimoyanista- de Luis Barrionuevo.

Hasta las últimas horas de ayer lo único que se tenía claro es que a Rodríguez (49) fueron a buscarlo al menos dos hombres de entre 30 y 40 años que no estaban interesados en robarle, pero sí en “castigarlo”.

Dos horas después de habérselo llevado del club Fénix, del barrio porteño de Villa Devoto, donde estaba jugando a las cartas, el dirigente apareció con un balazo detrás de la oreja en un descampado de Bella Vista, en San Miguel: arrodillado y agonizante el sindicalista intentó balbucear algo (”quería hablar pero tenía sangre en la boca”, dijo un testigo) pero no pudo y fue llevado hasta el hospital, donde murió.

Ahora los detectives investigan las comunicaciones, las actividades y el entorno de la víctima para entender si se trató de un crimen mafioso o de una ejecución por cuestiones personales.

Las teorías del crimen eran múltiples, porque las pesquisas van desde el análisis de sus actividades gremiales a los detalles de sus relaciones familiares, ya que hasta se especulaba con que el hombre o algún pariente suyo podría haber sufrido una extorsión.

Por eso, los investigadores de la comisaría 45 y los agentes de Homicidios de la Policía Federal analizaban a instancias del fiscal Raúl Cavallini las actividades de Rodríguez, por algo que el tesorero habría hecho o bien se habría negado a hacer, dijeron fuentes allegadas a la causa.

Los primeros indicios desechaban la hipótesis del robo porque Rodríguez tenía consigo sus pertenencias.

Si bien sus amigos subrayaron que Rodríguez era “un hombre normal, que no tenía ningún enemigo”, fuentes del caso confiaron que hace unas semanas había contratado seguridad privada en su casa.

Precisamente, Rodríguez tenía una casa en el pasaje Pillado y Baldomero Fernández Moreno, en Flores, y una casaquinta sobre la ruta 205, en el barrio El Trébol, de Ezeiza, el mismo donde vive Diego Maradona. En ese marco, se analizan imágenes de cámaras de seguridad que captaron el paso del auto donde lo llevaban, sobre ruta 201 y Camino del Buen Ayre (a las 21.47 de ayer).

Por ser tesorero de un gremio, el crimen de Rodríguez trajo a la memoria el caso de Abel Beroiz, el tesorero de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros baleado y acuchillado en Rosario. (Ver aparte) (DyN)

Las hipótesis del hecho iban desde un asesinato con tintes mafiosos hasta una venganza personal.


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