Modelo de país, modelo de región
Por Julio Porrino
En «Río Negro» del 2/4 (Producción y Economía), un importante consultor, recordó, en el reportaje realizado por Javier Lojo, la carencia de un modelo de País que posibilite el logro de un buen nivel económico argentino frente a un mundo sumamente competitivo.
Un ciudadano común, aplicando criterios lógicos interpretaría que tal modelo surgirá por la voluntad de la mayoría de la población teniendo en cuenta las posibilidades de nuestro país para lograr un real desarrollo de cada una de las regiones que lo forman. La suma ordenada de los modelos regionales dará como resultado el modelo de país que necesitamos. Por lo tanto, el inicio del camino será analizando regionalmente cuáles son las condiciones favorables para incrementar la producción de bienes, necesarios, según el artículo que se comenta, para el despegue económico anhelado. La región del Comahue, posee características naturales sumamente generosas para lograr un crecimiento por lo menos diez veces mayor que el actual, por eso se deberán estudiar y evaluar los posibles caminos hacia esa meta. Para ello los estados comprendidos en ella, deberían uniformar el conocimiento de sus recursos con la finalidad de priorizar las acciones de mayor relevancia para que en conjunto con la actividad privada logren su concreción.
Muchos han sido los planes, ideas y estudios realizados durante años que de manera dispersa forman parte de algunas bibliotecas sin que se concreten en realizaciones, en los que se destacan los importantes recursos naturales que posee la región. De éstos, los no renovable (petróleo, gas) se encuentran en plena explotación con su horizonte limitado en el tiempo, por lo que es imprescindible aprovechar su bonanza para desarrollar la utilización inteligente de los cuantiosos recursos naturales renovables: agua, suelo, clima.
En memorables jornadas de riego, drenaje e ingeniería rural realizadas en la Universidad del Comahue en octubre de 1984 se destacó la conveniencia de formar un ente interjurisdiccional para lograr el ordenamiento y coordinación en los usos del principal recurso: el agua. La idea fue concretada por las autoridades de las tres provincias que integran la cuenca del río negro, dándole vida al tratado de creación de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro.
Este organismo tuvo destacada gestión a partir de la privatización de las centrales hidroeléctricas, en su rol de autoridad de aplicación en el manejo de los embalses y la protección de costas, pero le resta aún una amplísima tarea que es la que ordena el art. 5º del Tratado de su creación. Por lo tanto esta entidad debe ser el motor capaz de provocar un cambio en la realidad quedantista que impera en gran parte de la comunidad.
La región y el País necesitan, según los expertos, un modelo para impulsar su producción y por ende sus exportaciones, lo que surgirá necesariamente del conocimiento adecuado de sus recursos naturales y la planificación de su desarrollo. Esta función compete a los organismos provinciales que deberán actuar mancomunadamente con sus equivalentes nacionales en la búsqueda de la mejor solución sin resignar en ello la soberanía que le es propia.
Es necesario contar con un verdadero catálogo de posibilidades, analizar su viabilidad priorizando la realización de emprendimientos de rápida evolución, orientando y estimulando a la actividad privada.
Estos son caminos que debieran ser transitados urgentemente ya que no alcanza con aquietar «piqueteros» o protestas contra el F.M.I. La Argentina debe ponerse a trabajar empleando todo su potencial natural y humano. Como dijera Ortega y Gasset hace ya 70 años: ¡Argentinos, a las cosas!
Alguna vez se comentó el ejemplo de desarrollo del valle del río Tennessee en EE.UU. en una época en que ese País sufría una de las peores crisis de su historia.
Recordemos que en los años 60, un latiguillo llenaba de optimismo a los patagónicos: «las obras hidráulicas servirán para atenuar las crecidas de los ríos, desarrollar el riego y producir energía eléctrica. Dos de los propósitos se cumplieron, pero el riego, generador de fuentes de trabajo y bienestar para la región, quedó olvidado.
El ciudadano nombrado al principio, cree que cualquier modelo, sea éste regional o nacional, para que tenga éxito debe en lo posible tener planificación oficial y apoyo a la actividad privada, pero fundamentalmente, que sus ejecutores cuenten con tres ingredientes importantes: honradez, idoneidad y dedicación.
En "Río Negro" del 2/4 (Producción y Economía), un importante consultor, recordó, en el reportaje realizado por Javier Lojo, la carencia de un modelo de País que posibilite el logro de un buen nivel económico argentino frente a un mundo sumamente competitivo.
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