Morales pide unidad y promete nacionalizaciones al año en el gobierno
LA PAZ (AFP) – El presidente Evo Morales llamó a la unidad de Bolivia con autonomías regionales «solidarias e integradoras» y anunció su confianza en que la Asamblea Constituyente plasmará los cambios «revolucionarios» que impulsa su gobierno, al brindar al Congreso el informe de su primer año de gestión.
El mandatario indígena dijo que sólo un régimen autonómico que distribuya poder y recursos por igual a gobernaciones, municipios y comunidades indígenas y originarias garantiza la unidad del país. Morales, que enfrenta una dura oposición de gobernadores y organizaciones civiles y empresariales de cuatro regiones del país que reclaman autonomía del poder central de La Paz, anunció que reorientará su política en ese sentido.
Miles de bolivianos llenaron la céntrica plaza de San Francisco en una multicolor integración de grupos indígenas, campesinos, empleados, kollas, ante los cuales habló el presidente. Cientos de banderas wilpalas, de los pueblos indígenas, con los colores del arco iris, se agitan junto a pancartas del Movimiento al Socialismo.
En su extenso informe anual, en el que subrayó el éxito de la nacionalización de los hidrocarburos, que en 2006 redituó al Tesoro público «1.600 millones de dólares» y que le permitió incluso pagar bonos a escolares, Morales reafirmó su decisión de liquidar el latifundio, en base a la ley de Reforma Agraria promulgada en octubre último. El gobernante destacó los logros de una economía «saludable», con superávit fiscal «por primera vez desde 1970», un récord en exportaciones por 4.000 millones de dólares y reservas internacionales de 3.000 millones de dólares.
El jefe de Estado advirtió que devolverá al Estado las empresas públicas privatizadas en la década de los 90 y en cuya administración se detecten malos manejos o incumplimiento de las cláusulas de los contratos de concesión. También afirmó su decisión de nacionalizar la minería boliviana, que comenzará con la «recuperación» de la fundición de Vinto, en Oruro (sur) en manos de la empresa Sinchi Wayra, filial de la suiza Glencore.
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