Moyano acusó a Flamarique ante el juez

BUENOS AIRES.- El titular de la CGT-Disidente, Hugo Moyano, ratificó ayer ante la Justicia que el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, le dijo que «para los senadores tengo la Banelco», durante el trámite de la nueva ley laboral.

«Fue durante la cena que tuvimos en el sindicato de Obras Sanitarias con la presencia de Juan Manuel Palacios, Omar Viviani, Hugo Piumato, y Rubén Pereira», confió el sindicalista al salir de la declaración testimonial que prestó en el juzgado federal de Carlos Liporaci, a cargo de la causa por los supuestos sobornos en el Senado.

Al recordar en detalle aquel presunto episodio, Moyano señaló que «Flamarique cuando se le dijo (en aquella cena) que esa ley (por la de reforma laboral) no iba a pasar por el Senado porque tenía mayoría peronista concretamente el Ministro dijo: «Para senadores tengo la Banelco»».

Antes de ingresar a la audiencia, Moyano había dicho que el presidente Fernando de la Rúa, habla de «cristalinidad» y «ética», pero, afirmó, «lo primero que tendría que haber hecho es echar al ministro Alberto Flamarique y el secretario (de Seguridad) Enrique Mathov».

«Flamarique se tendría que haber ido hace rato si tiene un gramo de dignidad y de sentido común», vociferó varias veces el líder gremial.

El dirigente gremial también disparó contra el vicepresidente Carlos Alvarez al indicar que «él presidió la sesión» en que se aprobó la ley de reforma laboral «y en un momento los senadores pedían la copia para saber lo que estaban votando. Paró la sesión, mandó a sacar fotocopias y siguió la sesión».

«Así que él sabe bien que esta ley se desarrolló en una situación absolutamente anormal», dijo Moyano al arribar a los tribunales federales del porteño barrio de Retiro, donde tenía cita en los juzgados federales para responder en dos causas ante los magistrados Gabriel Cavallo y Carlos Liporaci, esta última por los presuntos sobornos en la Cámara Alta.

Al repasar la actitud que tuvieron los senadores en sus entrevistas con la CGT-disidente, el dirigente sindical Hugo Moyano fue muy crítico del jefe del bloque justicialista: «Alasino es el que manejaba todo, llevaba la voz cantante. Cuando fuimos a hablar con él siempre anduvo con evasivas. El es el responsable máximo de lo que pasó».

Además atacó al senador justicialista Alberto Tell, presidente de la Comisión de Trabajo, porque, dijo, «hizo reunir a todas las regionales de la CGT, tomó conocimiento de que estábamos en contra y él dijo que también. Pero después fue y votó a favor de la ley».

Otro dardo fue para el también votante a favor de la ley senador por Formosa Ricardo Branda, de quien sostuvo que «llevo a un grupo de senadores a cenar al gremio (de camioneros). El fue uno de los más entusiastas y el que daba la apariencia de estar en contra de la ley».

En cambio, del justicialista Ramón «Palito» Ortega recordó que «con él sí hablamos, pero Ortega se mojaba los labios en ese tic que tiene, no mucho más, nunca opinaba mucho ni demasiado».

Del riojano Jorge Yoma rememoró que «lo que él ponía por delante eran los 4.000 planes Trabajar que necesitaba para La Rioja» e indicó que «él nos decía que él necesitaba eso, pero al final votó a favor de la ley y después no se lo dieron».

Acerca del también riojano Eduardo Menem, Moyano sólo expresó que «nos dijo que él iba consultar el tema con sus asesores laborales y luego iba a tomar una decisión».

Y del justicialista por Santiago del Estero Omar Vaquir declaró que «nos decía: «Yo no voto la ley aunque me lo diga el bloque (justicialista)» y después la votó…». Moyano insistió con que el ministro Flamarique «ya se tendría que haber ido» y a la vez convocó a sumarse a una manifestación de trabajadores estatales, el miércoles, a la Plaza de Mayo en contra de la nueva ley laboral.

«Esta ley además de perjudicar a los trabajadores es totalmente inmoral», sentenció el dirigente obrero.

La hipótesis del dinero sindical

Un agudo malestar se apoderó de la conducción de la CGT oficial ante las versiones que indicaron que el dinero de los presuntos sobornos a senadores nacionales que aprobaron la reforma laboral, habría salido de esa central sindical.

El titular cegetista, Rodolfo Daer, acusó a funcionarios del gobierno de propalar esas versiones involucrando a la CGT y adelantó que si «se confirman declaraciones formuladas por el dirigente cegetista disidente Julio Piumato, lo querellaremos penalmente». Piumato dijo ayer que era factible que la CGT oficial haya participado en la maniobra del pago de coimas.

Daer precisó que «estas versiones -que todo indica que surgen de un sector del gobierno- son para armar un cortina de humo, o desviar la investigación para no conocer la verdad. La CGT reclama al Parlamento, a la Justicia y al Ejecutivo la verdad de la investigación, conocer quienes fueron los que recibieron sobornos y quienes del gobierno protagonizaron el hecho de corrupción más escandaloso de la historia democrática de nuestro país», indicó. (DyN)

Vicens se excusó de informar lo que declaró

El secretario de Hacienda, Mario Vicens, aseguró ayer que se puso a disposición de la justicia para «aclarar cualquier tema relacionado con la causa» en la que se investiga el supuesto pago de sobornos en el Senado para aprobar la ley de reforma laboral, tras declarar ante el juez Carlos Liporaci por más de dos horas.

Al salir de los tribunales federales, Vicens mantuvo un breve contacto con la prensa en el que se excusó de brindar detalles de su declaración ante el juez, aunque fuentes tribunalicias revelaron que aportó «abundante información» sobre los gastos reservados del gobierno.

«Me he puesto a disposición del juez para aclarar cualquier cosa que necesite aclarar», dijo el funcionario, quien se amparó en el secreto de sumario para no revelar detalles de su declaración ante Liporaci y se limitó a aclarar que le llevó al magistrado la información que le pidió.

Fuentes tribunalicias revelaron que Vicens le presentó al juez cuadros y cifras concretas sobre las partidas destinadas a los gastos de fondos reservados del gobierno que, dijeron, el magistrado deberá analizar detenidamente y no descartaron la posibilidad de cruzar esos datos con aportes de otras dependencias del Estado.

Las fuentes también admitieron que podrían ser citados a declarar en la causa secretarios administrativos del Senado y no descartó que se puedan producir careos entre distintos testigos de la causa, en el marco de la investigación que lleva adelante el juez Liporaci.

(Télam)

Legislatura neuquina analiza llamados

NEUQUEN (AN) – Los diputados provinciales comenzaron a analizar la posibilidad de llamar a la Legislatura a los tres senadores nacionales por Neuquén para que den sus versiones y pareceres sobre el escándalo de los presuntos sobornos en la Cámara alta.

Sería la primera vez -al menos desde 1983- que un senador rinde cuentas de su comportamiento parlamentario a la cámara que lo designó.

De los tres, sólo uno -Felipe «Pipe» Sapag- estuvo ausente en la polémica sesión en la que se aprobó la reforma de la ley laboral impulsada por el gobierno de Fernando de la Rúa. En la actual conformación de la Cámara hay diputados que formaron parte de las dos Legislaturas que designaron a los últimos tres senadores nacionales por Neuquén que se ganaron el cargo sin elección directa.

Independientemente de cómo votaron, Nilda Etman (MPN), Raúl Radonich, Alicia Gillone, Eduardo Fuentes (los tres de la Alianza) y Carlos Asaad formaban parte de la Legislatura en 1995, cuando Silvia Sapag fue designada en reemplazo de Jorge Solanas.

«Pipe» Sapag y Daniel Baum (el peronista que entró al Senado cuando se amplió su número de miembros) fueron designados por una Legislatura provincial que integraban los actuales diputados Aldo Duzdevich (PJ), Federico Brollo y Oscar Gutiérrez (ambos del MPN).

La posibilidad de citarlos a dar explicaciones a la cámara que los designó comenzó a analizarse los últimos días.

De hecho, durante el pasado fin de semana Ricardo Villa (Alianza), Osvaldo Ferreyra (MPN) y Gabriel Romero (PJ) lo analizaron durante un programa de radio y quedaron en encontrar una definición los próximos días.