Mujeres y economía, una relación compleja y desigual

En diálogo con “Río Negro”, la doctora en economía habló también del gobierno de Macri, de la situación del país y del colectivo Lgbti, entre otros asuntos.

“Economía Feminista. Cómo construir una sociedad igualitaria (sin perder el glamour)”, es un libro para lucir. Su cubierta, un elegante sobre rojo de punta dorada, fue presumido por lectores en redes sociales, y se agotó al primer mes de salida. Pero no es pura facha.

Una de las posibles razones del éxito radica en que su autora, la doctora en Economía Mercedes D’Alessandro, describe “el lado B del disco de la desigualdad” apelando a datos estadísticos y a episodios de South Park, Los Simpson y Mad Men.

Brecha salarial, reparto asimétrico del trabajo doméstico, y precarización maternal son algunos de los temas que aborda.

p:-Tras el nombramiento de la dupla Dujovne-Caputo manifestaste que era necesario pensar en una feministra. ¿Crees que es posible en un gobierno como el de Macri?

R: En el último World Economic Forum, el de Davos, hubo un panel del rol de las mujeres en la economía y ahí Justin Trudeau (primer ministro de Canadá) dijo que él armó un gabinete 50-50. Cuando le preguntaron por qué respondió “porque estamos en 2015”. Incluso en los lugares en los cuales hay una ideología más parecida a la de Mauricio Macri hoy este es un tema de la agenda política. Creo que una feministra o un feministro que entienda el rol que ocupan las mujeres en el proceso económico y que comprenda todo lo que se puede hacer para mejorar la posición de las mujeres en el proceso económico tendría una herramienta muchísimo más potente para transformar los problemas de la pobreza, del mercado laboral, de la precarización.

p- Comentaste que te recomendaban no usar feminista en el título porque eso iba a ahuyentar al público. ¿Crees que se revirtió la connotación negativa que ciertos sectores le asignan al término?

R- Creo que gracias al “Ni Una Menos” y a la movilización de mujeres, y su crecimiento, pudimos recuperar el término. La violencia de género es elocuente e innegable y el vacío frente a esas situaciones también. Mucha gente cree que el feminismo es lo contrario del machismo, erróneamente. Yo quería que dijera feminista el libro porque quería recuperar ese término para la economía: no es lo mismo decir que algo tiene perspectiva de género, para mí eso es no tomar una posición política.

P- ¿Qué lectura haces de la coyuntura económica?

R- Argentina está en una situación bastante delicada. Nada de lo que hicieron el año pasado funcionó realmente como ellos querían. Y no solo no sucedió, sino que los objetivos que se pusieron como bajar la inflación no lo lograron, entonces entramos a 2017, que es un año además de elecciones, con la industria en baja, con la construcción en baja, con poca lluvia de inversiones, y el dinero que entró vino de manera especulativa. El decil más alto gana 26 veces más que el decil más bajo, quiere decir que la redistribución del ingreso está empeorando.

P- Dedicás un capítulo al colectivo Lgbti, ¿por qué te parece que todavía no está incluido en las estadísticas?

R- Las mujeres, que tenemos 69 años de participación política a través del voto en este país, todavía no hemos visto reflejadas nuestras necesidades en los planes económicos, ojalá el colectivo Lgbti no tenga que esperar tanto. Hoy no pueden ser legalmente discriminados, aunque siguen siendo discriminados, eso falta todavía que se termine de plasmar en un montón de modelos laborales. El cupo trans es una pata.

P- En el libro contás que un amigo tuyo pidió entrar media hora más tarde al trabajo por unos meses porque quería bañar a su bebe y su jefe le contestó: “eso lo puede hacer la mamá”. ¿Por qué los varones heterosexuales no reclaman una licencia por paternidad extendida? En Neuquén las familias homoparentales sí lo piden

R- Creo que eso tiene que ver con la cultura machista, que a ellos también les afecta, porque les hace pensar en el macho proveedor, que lo primero es el trabajo. El darles de comer a los hijos es mucho más que traerles un pan a la casa, es participar de las tareas de cuidado.

En Argentina, nueve de cada diez mujeres hacen tareas domésticas (trabajen fuera de casa o no) y cuatro de cada diez varones no las hacen (aunque estén desempleados).

Números evidentes

25% menos que los varones ganan las mujeres, según los datos de la Organización Internacional Trabajo.

5 de cada diez mujeres en Argentina tiene un trabajo precarizado.

11% apenas, de la lista de los más millonarios del mundo, son mujeres, que encima heredaron, según los datos de Forbes.

Datos

En Argentina, nueve de cada diez mujeres hacen tareas domésticas (trabajen fuera de casa o no) y cuatro de cada diez varones no las hacen (aunque estén desempleados).

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