Asumió Abdo en Paraguay con el desafío de acordar con la oposición

Hijo del exsecretario privado del dictador Stroessner, llega al poder en medio de una profunda división del oficialista Partido Colorado. Su antecesor, Horacio Cartes, no asistió a la ceremonia. Reforma electoral, corrupción e informalidad, en agenda.

Mario Abdo Benítez, del partido Colorado, asumió ayer la presidencia de Paraguay con el desafío de llegar a acuerdos con la oposición, al carecer de mayoría plena en el Congreso.

“Su partido se encuentra profundamente dividido y la oposición lo podrá acompañar si sus proyectos son genuinos, democráticos y si demuestra que su gobierno es aperturista”, dijo el líder opositor Miguel Abdón Saguier, del partido Liberal.

El partido Colorado cuenta con 17 de 45 senadores y 41 de los 80 diputados.

Las diferencias entre colorados son tan profundas que el saliente mandatario Horacio Cartes, de su mismo partido, no estuvo en la ceremonia.

Saguier sostuvo que los opositores serán intransigentes como lo fueron con Cartes “cuando decidió quebrar las reglas de la institucionalidad para promover su reelección”, en 2017.

En marzo de ese año, manifestantes opositores incendiaron una parte del edificio del Congreso, airados por una maniobra de senadores ‘cartistas’ en connivencia con un sector minoritario de la oposición. Las protestas dejaron como saldo un muerto y numerosos heridos. Cartes retiró su proyecto de enmienda constitucional, pero se postuló a senador, cargo que finalmente no pudo asumir. El presidente Abdo Benítez tuvo una activa participación en las manifestaciones opositoras contra Cartes.

La oposición plantea reformas fundamentales en el sistema electoral en base a sugerencias de la Unión Europea.

“Yo voy a respetar las instituciones”, dijo el flamante gobernante a periodistas poco antes de su toma de mando. “Quiero demostrar que mi compromiso es con el futuro de la República”, agregó el político de 46 años, hijo del exsecretario privado del dictador Alfredo Stroessner.

Abdo Benítez debe resolver un aumento de impuestos para reducir la desigualdad –la pobreza se estima en un 26,4%, según cifras oficiales– así como corregir la alta tasa de informalidad de su economía, calculada en 40%.

En Paraguay la inflación no superó el 8% anual los últimos 10 años y el FMI prevé un crecimiento del PIB de 4,5% para 2018 y 2019, panorama privilegiado en función de la situación de los países de la región, según Peña.

A la ceremonia de toma de mando en Asunción asistieron los presidentes Mauricio Macri, de Argentina; Michel Temer, de Brasil; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia; Iván Duque, de Colombia; Jimmy Morales de Guatemala; y Tsia Ing Wen, de Taiwán.

La corrupción, en el centro de debate

Datos

Abdo toma el mando presidencial en una semana marcada por movilizaciones para repudiar la corrupción , una efervescencia transmitida por contagio de los escándalos en varios países de la región.
El presidente admitió en una entrevista meses atrás que “la justicia es la pata renga de nuestra democracia” y en su última intervención ante periodistas expresó que espera “una justicia independiente”. Aunque no hay procesos en curso, Paraguay figura como uno de los países con más alto índice de percepción de corrupción, en el puesto 135 sobre un total de 180.

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