Erdogan, enemigo público de Twitter, usa las redes en medio de la crisis

Hace dos años años Recep Tayyip Erdogan bloqueaba la red social Twitter en Turquía. Ayer no le quedaba otra opción que recurrir a Internet: sólo tenía un iPhone para comunicarse con su pueblo.

Tres horas después del comienzo del golpe, mientras los tanques ocupaban la calle, los aviones de combate sobrevolaban Estambul y se extendían los rumores de que el presidente se marchaba a Londres o Berlín, aparecía en la emisora CNN Türk en la pantalla de su celular, usando la aplicación de videollamadas FaceTime de Apple.

La moderadora sujetaba en la mano su celular mientras la cámara enfocaba el iPhone desde el que hablaba Erdogan, que se encontraba de vacaciones con su familia. Y es que FaceTime sólo funciona entre teléfonos de la empresa de la manzana.

Fue un momento decisivo en esa noche de intentona golpista: el jefe de Estado instaba a sus compatriotas a salir a las calles y a ocupar los lugares públicos y, mediante una aplicación digital, demostraba que estaba vivo y dispuesto a combatir.

Poco después, hacía uso de redes sociales como Twitter para llegar a más gente. Una gran ironía: hace algo más de dos años, Erdogan bloqueó Twitter en su país porque sus rivales habían hecho públicas en ese medio acusaciones de corrupción en su contra. Al final, un tribunal hacía efectivo el bloqueo. Y a día de hoy, Turquía sigue siendo el país del mundo con más peticiones de censura a Twitter.

Ahora, sin embargo, la tecnología y las redes sociales han jugado un papel clave para que Erdogan se mantuviese en el poder.

A través de Facebook Live y de la aplicación equivalente de Twitter, Periscope, se transmitieron en todo el mundo las imágenes de los tanques avanzando por las calles y de los turcos enfrentándose a ellos sin miedo.

Los teléfonos inteligentes son ya el hilo directo a lo que está sucediendo en el mundo. Para los golpistas, algo mal calculado: después de ocupar puentes y canales de televisión, al final quedaba demostrado que con solo un celular, todos podemos ser emisora televisiva.

CNN Türk emitía a la vez cómo llegaban los soldados a sus estudios. “Podía transmitir dos videos en vivo por “streaming” en Facebook mientras huía de los golpistas”, escribió un periodista del diario “Hürriyet”, ante el que también se encontraba el Ejército.

Hace algunos años las redes sociales se convirtieron en impresicindibles para el surgimiento de las protestas que llevaron a las revoluciones en el mundo árabe. El viernes por la noche se vio por primera vez un golpe de Estado en directo.

Y eso, pese a que Facebook, Twitter y YouTube funcionan bastante mal en Turquía. “No tenemos ninguna razón para creer que nos bloquearon completamente, pero sospechamos que nuestro tráfico de datos se frena deliberadamente en el país”, explicó Twitter por la noche.

El hecho de que un golpe de Estado pueda fallar gracias también a los servicios de Internet puede ser otro impulso para las compañías de Internet, que se oponen a las medidas de control del Estado y apoyan la encriptación, para disgusto de muchos gobiernos.

Kristian Brakel, director de la oficina en Estambul de la fundación alemana Heinrich-Böll, no cree que la actuación de Erdogan sea contradictoria con otras medidas tomadas en el pasado, como el bloqueo de Twitter.

“Es una simple hipocresía: el presidente asegura que no es amigo de las redes sociales, pero su partido, el AKP, obviamente las utiliza de manera muy, muy activa”, explica. El partido las emplea para hacer campaña electoral o para controlar a gente que quizá escribe cosas molestas.


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