¿Qué puede anunciar Macron para salir de la crisis por la que atraviesa?
La ofensiva de los ‘chalecos amarillos’ erosiona la autoridad del presidente en Francia y su influencia internacional para definir sobre Bruselas. Pueden encontrarse motivos inmediatos al estallido anti-Macron. Pero vienen de más atrás, de la fractura social que ya advirtió Chirac en los noventa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, tiene previsto anunciar en las próximas horas una serie de medidas sociales fuertes y concretas para intentar poner fin a la crisis de “los chalecos amarillos”, pero sin enterrar sus aspiraciones reformistas.
¿Más política social? Macron ya dijo que piensa “cambiar de método”, pero no de “rumbo” económico. Algunos macronistas propugnan un “giro social” frente a la “ortodoxia” presupuestaria del primer ministro Edouard Philippe y del ministerio de Economía.
¿Con qué medidas? Entre las pistas barajadas figura la subida del salario mínimo más allá del 1,8% previsto en 2019 y de las pensiones de jubilación más bajas, además de la introducción de un subsidio de movilidad para las personas obligadas a ir en vehículo al trabajo.
¿Dejar subir el déficit? Cualquier medida social, añadida a la supresión de los impuestos a los carburantes (anunciada precisamente bajo la presión de los “chalecos amarillos”) aumentará el déficit presupuestario más allá del 2,8%, que es el objetivo del gobierno para 2019. Hay que evitar “que la deuda se dispare” advirtió esta semana el primer ministro, Edouard Philippe.
¿Una respuesta política? El principal blanco de los “chalecos amarillos” es Macron, al que los manifestantes piden un cambio de estilo porque consideran que actúa políticamente como un rey en un país republicano. El presidente entonó en varias ocasiones el mea culpa. Fue en vano y su popularidad siguió cayendo hasta un nivel históricamente bajo en los sondeos.
La revuelta es una venganza, que casi nadie vio venir, de los franceses que llevan décadas alimentando un hartazgo con el modelo económico.
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- La revuelta es una venganza, que casi nadie vio venir, de los franceses que llevan décadas alimentando un hartazgo con el modelo económico.
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