El reconocido orfebre Pallarols se opone al traslado del monumento a Roca
El platero Juan Carlos Pallarols ofreció al municipio de Bariloche concurrir a la ciudad, junto a su equipo de trabajo, a fin de realizar la restauración del monumento en el sitio donde hoy se encuentra emplazado.
El monumento a Roca actualmente tiene pintadas en rojo, producto de hechos vandálicos. Foto: archivo
El platero argentino Juan Carlos Pallarols envió una nota al intendente Gustavo Gennuso para manifestar su rechazo al posible traslado del monumento al general Julio Argentino Roca que hoy ocupa el corazón del Centro Cívico.
El orfebre ofreció al municipio de Bariloche concurrir en el transcurso del año a la ciudad, junto a su equipo de trabajo, para realizar la restauración del monumento en el sitio donde hoy se encuentra emplazado.
La polémica surgió al conocerse la autorización de la Comisión Nacional de Monumentos para avanzar en modificaciones integrales del Centro Cívico que incluye el desplazamiento de Roca unos metros hacia abajo en una línea de “próceres”.
En su nota destacó que el monumento, inaugurado el 14 de enero de 1941, «es una obra de arte realizada con rigurosa meticulosidad por el artista Emilio Jacinto Sarniguet, autor de destacadas esculturas en bronce como El Yaguareté y El Gaucho Resero».
Este «eximio escultor animalista además de haber realizado obras de importante valor artístico, se especializó en el caballo criollo». En este sentido se refirió al monumento a Roca y manfiestó que «esta obra trasluce la calidad del autor porque deja entrever el agobio de una forzada marcha por el desierto«. Por eso, consideró el valor de la obra como «incalculable e irremplazable».
Pallarols recomendó no mover la escultura de su actual emplazamiento al considerar que es «asumir un riesgo enorme e innecesario por el peligro que corre dado el estado actual en que lo han dejado las diversas vandalizaciones a las que ha sido sometida».
Opinó que el monumento debe ser restaurado en el lugar en que se encuentra «a fin de ponerlo en valor y en condiciones para su preservación y, en caso de decidirse en un futuro su traslado, que pueda soportar los trabajos de remoción y reubicación, los que, a pesar de todo, deberán hacerse con extremo cuidado».
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