Murió el procurador rionegrino Hugo Mántaras

VIEDMA (AV).- Tras permanecer 15 días en estado crítico, el procurador General de Río Negro, Hugo Mántaras, murió en la mañana de ayer. El funcionario, autoridad máxima de los Ministerios Públicos del Poder Judicial, será subrogado alternativamente por los fiscales de Cámara Juan Ramón Peralta y Adriana Zaratiegui hasta que se designe a su sucesor.

Mántaras sufrió un accidente cerebro vascular un par de horas antes de la celebración de Nochebuena en su casa, ubicada frente al mar en el balneario El Cóndor. De allí fue trasladado al hospital Zatti de Viedma donde permaneció internado hasta ayer. Si bien fue intervenido quirúrgicamente, la operación no logró que superara el grave cuadro de salud que debió soportar su cuerpo castigado por la diabetes.

Los profesionales de terapia intensiva del hospital local intentaron esta semana retirarle el respirador artificial pero no fue posible esta alternativa, lo que dificultó aún más las alternativas de recuperación.

Hace unos meses el procurador general atravesó también un problema serio de salud tras una complicación de la diabetes que padecía hace años, situación que logró superar bajo un estricto tratamiento médico en el que aún se encontraba. Estos antecedentes médicos complicaron aún más el derrame sufrido a fines del mes pasado.

La muerte de Mántaras provocó pesar en el Poder Judicial de Río Negro donde hacía 13 años se desempeñaba como jefe de los fiscales de la provincia.

Su familia decidió no realizar velatorio. Sus amigos y allegados pudieron darle el adiós en la capilla del cementerio Parque de Paz de Patagones que abrió sus puertas ayer entre las 14 y las 20. Sus restos serán cremados el martes y seguramente sus cenizas arrojadas al mar, tal como había manifestado que era su deseo.

Hugo Mántaras tenía 59 años. Era un hombre robusto que disfrutaba de la buena mesa con amigos. Era tan efusivo para la risa como para el malhumor, y su genio vivo le ocasionó entredichos públicos aun durante su gestión oficial. Había nacido en Santa Fe, donde se recibió de abogado. Vivía en Viedma desde principios de la década de los '70.

Políticamente ligado en sus orígenes a la Democracia Progresista, adscribió luego al Partido Intransigente que lideraba Oscar Alende. Integró el grupo de abogados de Viedma que tuvo actitudes nobles respecto de defender la vigencia de derechos humanos. Entre sus hobbies se contaba una pasión por la cartografía, por la cual atesoraba mapas antiguos y de lugares poco conocidos y una llamativa manía: usar camisas con gemelos.

Mántaras asumió el cargo de procurador general de Río Negro en 1991, designado durante el gobierno de Horacio Massaccesi en reemplazo de Lorenzo Tévez. Antes, había sido abogado de la Fiscalía de Estado y de otros organismos del Ejecutivo rionegrino, además de haber ejercido durante varios años como abogado particular.

El mecanismo legal previsto para su reemplazo es una nueva designación a cargo del Consejo de la Magistratura que designa también a los jueces del Superior Tribunal de Justicia, conocido como el «Consejo grande». Lo integran el gobernador, tres representantes de los abogados de cada circunscripción judicial e igual número de legisladores. Los candidatos pueden ser propuestos tanto por el gobernador como por el 25% del total de los miembros del Consejo.

Funcionarios judiciales ponderaron que «logró conformar un plan de designaciones el año pasado, que estaban creadas en los papeles pero que no asumían por cuestiones presupuestarias». Así impulsó que asumiera un defensor y un fiscal en San Antonio, y lo mismo en Catriel y en otras localidades, para acercar la justicia a los ciudadanos de lugares sin asentamientos judiciales. Trabajaba en un proyecto de ley de los ministerios públicos.