Musharraf anuncia elecciones y promete dejar jefatura militar

El dictador paquistaní debió dar marcha atrás con medidas por la presión interna y de EE. UU. La oposición desconfía y exige el fin del estado de excepción y la liberación de manifestantes.

ISLAMABAD (AFP/DPA) – Pakistán llevará a cabo elecciones el 15 de febrero de 2008, anunció ayer el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, quien también anunció su retiro como jefe del ejército, pocas horas después de que el presidente estadounidense George W. Bush le exigiera realizar los comicios y poner fin al estado de excepción.

Presionado por las protestas de la sociedad civil y la comunidad internacional, Musharraf dijo que las elecciones legislativas, previstas inicialmente para enero, tendrán lugar antes del 15 de febrero, según la televisión estatal. «No hay la más mínima sombra de dudas en mi espíritu: las elecciones deben tener lugar, y antes del 15 de febrero de 2008», declaró Musharraf.

También renovó su promesa de abandonar sus funciones de jefe de las fuerzas armadas antes de prestar juramento para un segundo mandato presidencial, una condición impuesta por la Constitución para que su reelección el 6 de octubre, por asambleas nacionales y provinciales completamente favorables a él, pueda ser validada. Sin embargo, no precisó fecha alguna de su retiro.

La Casa Blanca consideró que es una «buena cosa» que el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, haya «aclarado» la fecha de las elecciones legislativas en ese país.

Horas antes el fiscal general del país, Malik Mohamad Qayyum, había adelantado que el estado de excepción, instaurado por Musharraf el pasado sábado, se levantaría antes de la cita con las urnas.

Al mismo tiempo, la policía advirtió a la ex primera ministra, Benazir Bhutto, de que kamikazes islamistas se preparaban para cometer un atentado durante una reunión de su partido, en los alrededores de Islamabad. En la noche del miércoles, Bhutto, que hasta entonces negociaba un acuerdo de reparto de poder con el presidente Musharraf, dio un giro radical de actitud e instó a los paquistaníes a «protestar masivamente contra el estado de excepción».

Musharraf, que tomó el poder hace ocho años con un golpe de Estado incruento, decretó el sábado el estado de excepción invocando la multiplicación de los atentados islamistas . Pero la oposición y los países occidentales coinciden en que ha encontrado un pretexto para mantenerse en el poder cuando se acerca la fecha de las legislativas y en un momento en que su popularidad registra mínimos históricos.

El anuncio de las elecciones en febrero tiene lugar en momentos en que Musharraf se encuentra bajo la intensa presión de la comunidad internacional, incluido Washington, su principal aliado en la «guerra contra el terrorismo» y principal financiador. Pero también la sociedad civil paquistaní ha expresado su descontento y celebró desde el sábado manifestaciones pacíficas, que la policía reprimió violentamente. Más de 3.000 personas fueron detenidas o puestas bajo arresto domiciliario, en su mayoría abogados y magistrados, así como miembros de organizaciones de defensa de los derechos humanos y dirigentes de partidos de oposición.

Un tribunal antiterrorista ordenó ayer liberar a 331 abogados.

Bhutto consideró insuficiente el anuncio de comicios para el 15 de febrero y exigió que se celebren el 15 de enero, como estaba previsto. También pidió que la renuncia del presidente a la jefatura el Ejército sea en un máximo de una semana.


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