Muy pocos registran a sus perros peligrosos en Neuquén
NEUQUÉN (AN).- En 2008, una modificación a la ordenanza de tenencia responsable de mascotas creó un registro de perros peligrosos en Neuquén. Se especificó que para circular en espacios públicos habilitados se les debe colocar correa y bozal y se definieron multas ante incumplimientos. La práctica indica que la reglamentación apenas se cumple, con sólo 1.100 animales inscriptos en tres años. Según la Reglamentación 11.036, son perros peligrosos los que, por sus características de raza o por sus cualidades físicas pueden implicar un riesgo potencialmente mayor que otros canes. Justamente por eso los dueños deben requerir un permiso especial a la dirección de Zoonosis municipal, que lo expide por dos años. Respecto de las razas, se definió un listado que no depende de los casos particulares sino de características generales: Pit Bull Terrier, Staffordshire, Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu, Akita Inu, Doberman y Pastor Alemán. Si el animal es mestizo, se toman parámetros como el peso –mayores de 20 kilos– o la musculatura de las mandíbulas. “Hay razas que son potencialmente peligrosas, pero hay perros mestizos que tienen tamaño importante. Tampoco tiene sólo que ver con el carácter, porque todos los perros son buenos hasta que muerden, por ejemplo, al reaccionar ante un estímulo”, explicó Gustavo Cesareo, jefe de la división de control canino de Zoonosis, respecto de la referencia principal para definir si el perro es o no peligroso: el daño que pueda producir. Desde la secretaría de Servicios Urbanos, de la cual depende Zoonosis, su titular Julián Villar resaltó la importancia de la ordenanza vigente, que obliga a los dueños a hacerse cargo de sus mascotas. “El problema que tenemos es que muchas veces, como se los utiliza para guardia y no como mascotas, cuando pasa algo y no están declarados los dueños ni siquiera los reclaman”, detalló el funcionario, quien además reconoció las dificultades actuales para realizar los controles que plantea la normativa. “Los vecinos pueden llamar y automáticamente se manda al camión. Llaman, va el camión y se intenta capturar al perro que esté suelto. Ése es el mayor problema que tenemos: cuando los dueños abren la puerta y los largan a la calle”, explicó Villar. Agregó que cuando los propietarios van a la dirección de Zoonosis a retirar a los animales capturados y se les informa sobre las multas –que pueden llegar a los $ 7.000 ante casos de mordeduras– muchas veces terminan desistiendo. Además de las razones de salud pública, como ocurrió con el brote de leptospirosis el año pasado, la otra excepción a la prohibición del sacrificio de perros que rige en la ciudad de Neuquén la configuran los animales que demuestren una conducta agresiva. En estos casos se requiere el consentimiento de los dueños.
NEUQUÉN (AN).- En 2008, una modificación a la ordenanza de tenencia responsable de mascotas creó un registro de perros peligrosos en Neuquén. Se especificó que para circular en espacios públicos habilitados se les debe colocar correa y bozal y se definieron multas ante incumplimientos. La práctica indica que la reglamentación apenas se cumple, con sólo 1.100 animales inscriptos en tres años. Según la Reglamentación 11.036, son perros peligrosos los que, por sus características de raza o por sus cualidades físicas pueden implicar un riesgo potencialmente mayor que otros canes. Justamente por eso los dueños deben requerir un permiso especial a la dirección de Zoonosis municipal, que lo expide por dos años. Respecto de las razas, se definió un listado que no depende de los casos particulares sino de características generales: Pit Bull Terrier, Staffordshire, Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu, Akita Inu, Doberman y Pastor Alemán. Si el animal es mestizo, se toman parámetros como el peso –mayores de 20 kilos– o la musculatura de las mandíbulas. “Hay razas que son potencialmente peligrosas, pero hay perros mestizos que tienen tamaño importante. Tampoco tiene sólo que ver con el carácter, porque todos los perros son buenos hasta que muerden, por ejemplo, al reaccionar ante un estímulo”, explicó Gustavo Cesareo, jefe de la división de control canino de Zoonosis, respecto de la referencia principal para definir si el perro es o no peligroso: el daño que pueda producir. Desde la secretaría de Servicios Urbanos, de la cual depende Zoonosis, su titular Julián Villar resaltó la importancia de la ordenanza vigente, que obliga a los dueños a hacerse cargo de sus mascotas. “El problema que tenemos es que muchas veces, como se los utiliza para guardia y no como mascotas, cuando pasa algo y no están declarados los dueños ni siquiera los reclaman”, detalló el funcionario, quien además reconoció las dificultades actuales para realizar los controles que plantea la normativa. “Los vecinos pueden llamar y automáticamente se manda al camión. Llaman, va el camión y se intenta capturar al perro que esté suelto. Ése es el mayor problema que tenemos: cuando los dueños abren la puerta y los largan a la calle”, explicó Villar. Agregó que cuando los propietarios van a la dirección de Zoonosis a retirar a los animales capturados y se les informa sobre las multas –que pueden llegar a los $ 7.000 ante casos de mordeduras– muchas veces terminan desistiendo. Además de las razones de salud pública, como ocurrió con el brote de leptospirosis el año pasado, la otra excepción a la prohibición del sacrificio de perros que rige en la ciudad de Neuquén la configuran los animales que demuestren una conducta agresiva. En estos casos se requiere el consentimiento de los dueños.
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