Nada por aquí, nada por allá

Fueron los mejores del Apertura, pero ayer no lo demostraron. Newell's y Vélez igualaron 0 a 0 en el sombrío debut de ambos en el Clausura '04.

Hubo que esperar 20 minutos para que el campeón y su escolta del torneo pasado ofrecieron algo de fútbol. Hasta ese momento sólo había fricción, pierna fuerte y mucho respeto. Nada de acariciar la pelota o encontrarse con dos toques. Los talentos estaban escondidos, absorbidos por sus marcas.

Sólo algunas escaladas potentes pero anárquicas de Lucas Castromán por derecha aparecían como atractivas. Después, los que sobresalían eran los defensores y los volantes de contención.

Hasta los 20, cuando la hizo bien Bianchi, entró al área y lo derribaron. El «Roly» Zárate se paró frente al balón como pensando en un virtual abrazo con sus hinchas, pero sacó un «tirito» que fue detenido por Justo Villar. A barajar y dar de nuevo.

El juego continuó hegemonizado por la pierna fuerte, pero sobre el final llegaron las emociones. A los 23, el debutante «leproso» Spoli casi convierte de cabeza.

«Pablito» Batalla estaba ausente sin aviso: se había hecho la «rata» con Rubén Ca

pria y Ariel Ortega. Y si los tres o cuatro talentosos que están la cancha no aparecen, es lógico que lo que ocurra en la cancha no resulte muy atractivo.

En el epílogo de la primera estuvo lo más emotivo. A dos minutos del final volvió a ganar en la azotea Spoli pero Zapata no la pudo empujar al gol, y a la vuelta Bianchi la puso perfecta para Zárate, que otra vez falló.

En la última jugada del primer tiempo, Fabricio Fuentes le ganó a todos en un corner, pero sobre la línea le dijo «no» Fernando Beluschi.

Ya en el segundo, Newell's se acercó con peligro. Rubén Capria decidió, al fin, salir del letargo y metió dos zurdazos peligrosos. El primero salió alto y el segundo, a apenas centímetros del palo izquierdo de Sessa.

El partido, de todas formas, siguió siendo trabado, lleno de fricción, de músculos y piernas al suelo.

Sobre los 20, un bueno tiro libre de Zárate fue desviado por Villar sobre el palo izquierdo.

En Vélez, Russo intentó darle algo más de vértigo al equipo con el ingreso de Centurión, pero el ex jugador del Colonia de Alemania no aportó demasiado, tanto es así que Bianchi, de buena tarea, debía bajar para tomar contacto con la pelota.

Sobre los 30 un buen desborde de Ortega por derecha -lo mejor suyo- fue rechazado por Maidana.

El tiempo pasaba pero el fútbol no aparecía. Lo que sobraba en la noche de Parque Patricios era la lucha, el nervio, la tensión pero en su peor faceta, la de dos equipos que confunden entrega con barullo.

Ya sin aire, las ideas, que habían sido pocas, se fueron por completo. Fue, al cabo, un opaco comienzo de los mejores del torneo pasado, quienes en todo momento negaron esa condición.